La Habana-. Aun en tiempos de la COVID-19 el considerado mejor boxeador amateur del mundo libra por libra Andy Cruz, sigue dando de qué hablar. Sucede que en la última actualización del ranking que realizó la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA), el muchacho de la comunidad Alacranes comanda ampliamente los 63 Kg con 1900 unidades.
El doble monarca del orbe, junto con el ruso Muslim Gadzhimagomedov (91 Kg) son los que más puntos acumulan entre los líderes de cada una de las 10 divisiones.
Aunque no es noticia que el antillano encabece el escalafón de los pesos ligero-welter, siempre es un reconocimiento por los resultados que ha tenido en su joven carrera como boxeador, donde el año 2019 lo ha marcado de manera particular, al ganar los Juegos Panamericanos en Lima y el Campeonato Mundial de Ekaterimburgo, Rusia.
Con el mismo desenfado que sube al cuadrilátero, enfrenta las entrevistas, en las que su gran velocidad de manos y piernas y su estilo escurridizo, le permite conectar con facilidad a cualquiera de las interrogantes.
“Cuando supe lo del ranking me sentí muy contento, me di cuenta que el trabajo no ha sido en vano. Esto se lo debo también a mi familia y ahora seguir trabajando para ir por más resultados”.
Para Andy Cruz estos meses de distanciamiento físico han sido muy complicados. Ha prescindido de los abrazos de los amigos, el ajetreo de los entrenamientos en la Finca y ha estado alejado del ring, que son de las cosas que más disfruta.
“Estar tanto tiempo en la casa ha sido bien difícil ya que soy muy hiperactivo y siempre tengo que estar en movimiento y eso se ve en los combates. Estoy ansioso por regresar a la Escuela allá en la capital”.
Aunque no se siente cómodo con el estilo de combate que le ha impuesto el nuevo coronavirus, ha tratado de mantener la forma física en su natal Alacranes, en el matancero municipio de Unión de Reyes.
“Me mantengo haciendo mis ejercicios, corro bastante para no perder todo el físico, hago mis sombras, planchas, siempre se hace algo”.
La postergación de los Juegos Olímpicos de Tokio privó a Andy de luchar por su primera medalla en estas citas. “No es fácil lo que sucedió. Al final lo comprendemos porque lo más importante es la salud de las personas. Tendré un año más de preparación y lo tomaré de manera positiva para ir en busca de ese título”.
El no tener rivales que le exijan en el país, donde en el mundo son pocos los que pueden darle pelea, lo obliga a no confiarse y a superase cada día más.
“En la confianza está el peligro, reconozco que en mi división no todos están al nivel que yo puedo ofrecer, pero aun así nunca me confío. Como salí yo de la nada, puede salir también otro boxeador”.
Aunque ha declarado varias veces que prefiere el combate en la media y larga distancia, es un púgil que domina a sus rivales también en la corta. “Simplemente me adapto al sistema de pelea que tenga que hacer según el adversario, pero prefiero la media y la larga distancia”.
Conversar con Andy Cruz siempre resulta cómodo. Además de su calidad como boxeador, mantiene en todo momento un gran sentido del humor. Él no oculta su predilección por el maní molido.
“Sigue siendo y seguirá siendo mi dulce favorito. Decirles a los cubanos que gracias a la disciplina que hemos tenido ya vamos saliendo poco a poco de esta situación. Los exhorto a que sigan así para ganarle este combate a la COVID-19”.
