El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo ayer que se sometió a otra prueba para detectar el nuevo coronavirus, luego de que medios locales informaron que tenía síntomas asociados con la enfermedad respiratoria COVID-19.
Bolsonaro expresó a algunos simpatizantes en las afueras del palacio presidencial que sus pulmones estaban “limpios”.
CNN Brasil y el periódico Estado de Sao Paulo informaron que el mandatario de ultraderecha tenía síntomas de la enfermedad, como fiebre.
Como es sabido, Bolsonaro ha minimizado repetidamente el impacto del virus, pese a que su país ha sufrido uno de los peores brotes mundiales, con más de 1,6 millones de casos confirmados y 65.000 muertes relacionadas, según datos oficiales.
Durante el fin de semana, Bolsonaro asistió a varios eventos y estuvo en contacto cercano con el embajador de Estados Unidos en Brasil durante las celebraciones del 4 de julio.
Recientemente, el presidente brasileño dio negativo por el nuevo coronavirus después de que varios asesores fueron diagnosticados con la enfermedad tras visitar en marzo una propiedad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El embajador de EE.UU. en Brasil se realizará la prueba de coronavirus por su almuerzo con Bolsonaro https://t.co/ZIe3vqEwll
— RT en Español (@ActualidadRT) July 7, 2020
Siguen los errores del gobierno
Mientras, los errores del Gobierno brasileño siguen. En los últimos tiempos ha sido inestable el gabinete ministerial: ya ha perdido a11 ministros. Por ejemplo, cambió dos veces el titular de Sanidad y va para su tercero en Educación.
La pandemia
En el gigante sudamericano solo el 20% de las municipalidades cuentan con unidades de cuidados intensivos en salud. También las becas de médicos residentes se están retrasando, y existe ausencia de equipamientos de protección individual.
Si bien el Congreso ha aprobado la liberación de recursos de emergencia para temas sanitarios, solo un 27% del total ha sido gastado y/o contratado.
Todo ello, en un contexto convulso, bajo creciente protesta social.
Recientemente movimientos y colectivos feministas han anunciado que proseguirán sus protestas en contra del gobierno para recuperar la trayectoria de luchas de las mujeres contra la violencia machista, la dictadura militar y las ofensivas conservadoras recientes, como es el ejemplo del golpe parlamentario-jurídico-mediático contra la expresidenta Dilma Rousseff.
Actualmente hay un consenso entre toda la izquierda en torno a la consigna Fora Bolsonaro, que se extiende incluso a segmentos de la clase media que realizan constantes protestas.
Como resultado del descontento, se consolida la presentación de un nuevo pedido de impeachment contra Bolsonaro al Congreso, que se suma a un proyecto de ley que define una propuesta de transición al vicepresidente.