De espalda a refugiados palestinos

Ella es una entre los más de un millón de personas, en duras condiciones de refugiados a los que la agencia especializada de Naciones Unidas (UNRWA) distribuye diariamente comida, que de otro modo no tendrían acceso alguno a alimentos, y si dejara de llegar esa ayuda nadie puede saber que pasaría.

Pero hace unos días, a golpe y porrazo de tuits, el magnate presidente estadounidense Donald Trump cumplió con su amenaza de recortar drásticamente la contribución financiera de su país, de 350 millones de dólares el año pasado a 60 millones de dólares. Y no satisfecho aun condicionó la congelación de cualquier partida a que la UNRWA se someta a una serie de reformas.

Cualquier bien informado puede percatarse del fondo de semejante chantaje: en plena coincidencia Estados Unidos y su fiel aliado buscan la desaparición de la agencia cuyas operaciones comenzaron en 1950 para las poblaciones refugiadas, a causa del expansionismo sionista, en Gaza, Cisjordania, Líbano, Jordania y Siria.

Además del dramático impacto que tendrá en alimentación, educación y sanidad, expertos alertan sobre los riesgos que entrañan para la seguridad regional, un preocupante aspecto al que da la espalda el super tuitero de la Casa Blanca.