El desafío de la lactancia materna en Cuba

La lactancia materna, como desafío, exige un trabajo en equipo, un esfuerzo colectivo. Foto: Justin Paget/ Corbis.

La leche materna es el mejor alimento que puede recibir un niño. Satisface todas las necesidades vitales del recién nacido, mientras beneficia también a las madres.

“La lactancia materna es un proceso social y todos deben estar integrados. Cuando intervienen el padre, la familia y la comunidad, los resultados van a ser mejores y representan una garantía de salud”, aseguró el pediatra Pablo Carlos Roque.

El Coordinador de la Comisión Nacional de Lactancia Materna del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) dijo que “en Cuba tenemos la oportunidad de una lactancia exitosa, pero muchos padres la desaprovechan. Los propios estilos de vida de la familia a veces atentan contra una lactancia responsable”.

Para el también Máster en Atención Integral al Niño, viejos patrones de alimentación arraigados a la sociedad cubana son incorporados también al bebé. “Algunas personas piensan que es correcto comenzar la alimentación a los 15 días del recién nacido y enseguida le dan jugos y otros alimentos complementarios”, señaló.

“Todavía continúan los criterios favorables alrededor de la leche de vaca y muchos piensan que el niño será más fuerte si la toma. Ese error está presente en los tiempos actuales. La mejor leche es la materna y marca a una persona para toda su vida”, añadió.

Según el doctor, la leche de vaca puede provocar enfermedades y muchos desequilibrios a largo plazo. “Nuestro país está afectado por padecimientos como hipertensión, diabetes, infartos cerebrales del miocardio y todo eso tiene que ver con la alimentación temprana”.

En este contexto, el especialista aseguró que la lactancia materna está relacionada con la inclusión social y con el papel que desempeña el padre desde el momento del parto.

Como objetivo, en la Isla se busca promover la iniciación temprana de la lactancia materna —en la primera hora de vida—, logrando el acompañamiento del progenitor y su participación equitativa en los asuntos de paternidad.

De igual modo, existen otras barreras para un procedimiento óptimo, y entre ellas prevalece la falta de apoyo a las madres, los padres y las familias en el trabajo.

La licencia de maternidad en Cuba está al nivel de los países más avanzados, pero en muchas ocasiones la mujer desconoce sus derechos como trabajadora y las leyes que la protegen en la importante labor de cuidar al nuevo miembro de la sociedad, subrayó el pediatra.

La protección de la lactancia materna y el apoyo para promover lugares de trabajo más flexibles y adecuados para las familias, también es responsabilidad del centro laboral como parte de este proceso conjunto.

“No solo la licencia de maternidad, también la de paternidad o la paternal, son importantes herramientas para estimular una lactancia materna adecuada y en las mejores condiciones”, agregó Roque Peña.

El especialista mencionó, además, la importancia de los Bancos de leche, experiencia aún novedosa para la Mayor de las Antillas. “Una madre que pueda donar, cría mejor a su hijo, le dará más tiempo de lactar y tendrá más leche en sus pechos”.

En este escenario, la campaña ‘Empoderémonos, ¡Hagamos posible la lactancia materna!’ convida a reflexionar y actuar para que las familias asuman este estilo de vida más saludable en todos los sentidos.

La lactancia materna, como desafío, exige un trabajo en equipo, un esfuerzo colectivo, una alianza que apoye a la pareja en el difícil y sorprendente camino de ser padres.

Amamantar es, sobre todo, un acto de amor hacia nuestros hijos. Foto: Ivette Vians

(Tomado de Prensa Latina)