“Es teatro lo que quiero hacer siempre”

Orestes Ramón Morrell de la Guardia // Foto Marlene Herrera (Archivo)

La música alborota al público. Pelos multicolores se asoman al escenario, acompañados de la punta de un gran zapato; anuncian la llegada del payaso. Sin verle totalmente aún, los niños y niñas sonríen de sólo imaginar los senderos que pronto recorrerán de la mano de sus travesuras.

En una mano el micrófono, en la otra la convocatoria a aplaudir, y en el rostro la expresión alegre de volcar la magia de los duendes, justo allí, donde otros esperan para disfrutar.

A casi 19 años de tomar como propio el arte teatral, Orestes Ramón Morrell de la Guardia, se escabulle entre las páginas de los cuentos, bromas y trucos divertidos para adornar con risa la realidad.

“Porque me emociona trabajar para los niños, por la sensibilidad de la infancia; y cuando lo hago recuerdo mi niñez, ellos me obligan a viajar a ese mundo único, de fantasías, donde cualquier personaje se goza y llena el alma”.

Así habla de esta suerte que le concedió Talía, la musa de la comedia, y de una de sus pasiones: “entretener al público más exigente, y enseñarle a la vez cosas buenas y malas del mundo, desde las tablas, desde vestimentas y maquillajes llamativos, desde obras teatrales que les inviten a reflexionar por las enseñanzas que dejan sus personajes”.

Desde la agrupación insigne del arte escénico en Manzanillo, Ategua, hace de las manifestaciones teatrales su medio de expresión, un arma para adentrarse en el mundo y dejar su huella.

“Precisamente llegué al teatro a través de Ategua, con inquietudes teatrales que me llevaron a presentarme a una de sus convocatorias y donde quedé seleccionado entre los siete aspirantes”.

Orestes Ramón Morrell de la Guardia “Es teatro lo que quiero hacer siempre” // Foto Marlene Herrera (Archivo)
Orestes Ramón Morrell de la Guardia “Es teatro lo que quiero hacer siempre” // Foto Marlene Herrera (Archivo)

“Desde entonces, es una familia para mi, donde he crecido en comunión, compartiendo alegrías y dolores; donde descubrí que es teatro lo que quiero hacer siempre”, dice con la seguridad de casi dos décadas entre bambalinas y atrezos.

Sobre lo que ha recibido del teatro, comenta: “más que todo conocimientos, pues te obliga a estudiar y tener un amplio dominio cultural para poder decir cosas nuevas y enseñar al público que disfruta de las presentaciones. Él, en sí, es un reto que te impone superarte y sirve indiscutiblemente para la vida cotidiana”.

Por ello, asegura que “todos los personajes son profundos, desde el más simple, sencillo hasta el de mayor complejidad: un payaso, un padre de familia, un ratón, y a todos se quieren por igual, pues puede ser que el que te cause más problemas para interpretarlo sea el que te genere más alegrías”.

Ahora, se prepara para asumir papeles protagónicos en dos obras: Cigüeñas en el trópico, para adultos, con el apoyo de Freddy Núñez Estenoz, director del grupo de Teatro del Viento de Camaguey, y El Burro Caturro Pirimpimpum para los más chicos de casa.

No tiene tregua. Piensa en cada manera de entenderlo, enriquecerlo, de verlo perfeccionarse, de incorporarle gestos, personalidad, nutrirlo de seguridad, única manera de hacerlo creíble, con un Adolfo Llauradó “magnífico en la escena” como paradigma.

“Muchos piensan que sólo es risa, pero implica sufrimientos y esa cuota de los dos es lo que te hace respetarlo. Lo fundamental es eso: amarlo, ser lo más cuidadoso y sincero posible para corresponderle, para conquistar al público”.

“Así, desde el momento en que uno sube al escenario, que pisa ese recinto sagrado, pese a las penas del alma, las dudas, las tristezas, se siente completamente feliz”.

Y porque lo es, ríe a carcajadas y hace explotar las emociones de los niños y niñas a su alrededor. Honra la gracia de la nariz roja y los pelos tricolores, la esencia de un arte fecundo que aquí tiene raíces y tradición.

En los inicios de Ategua // Foto Marlene Herrera (Archivo)
En los inicios de Ategua // Foto Marlene Herrera (Archivo)
Uno de los payasos más queridos por los niños manzanilleros // Foto Marlene Herrera (Archivo)
Uno de los payasos más queridos por los niños manzanilleros // Foto Marlene Herrera (Archivo)
En una actuación en un festival de Teatro // Foto Archivo RG
En una actuación en un festival de Teatro // Foto Archivo RG

ENTREVISTA publicada el pasado 2016, que reponemos hoy en homenaje merecido al actor Orestes Morrell, fallecido ayer en la ciudad de Manzanillo.