Manzanillo. Julio 30.- “Hay hombres que hasta después de muertos dan luz de aurora”, escribió José Martí, y uno de estos valerosos cubanos lo es sin dudas Frank País, quien cayera en la plena flor de su vida por la defensa y el porvenir de esta Isla.
Frank tenía una profunda vocación martiana y dejó una impronta que debe hoy guiar a las nuevas generaciones. Visitó muchas veces a Manzanillo para concretar acciones de la lucha de la clandestinidad.
Uno de los sitios donde frecuentemente se reunía con otros valientes jóvenes manzanilleros era en la parte alta de la ciudad, en la casa de Amparo Sotto, donde se trazaban acciones junto a la Heroína de la Sierra y el Llano Celia Sánchez Manduley para la lucha libertaria.
Hoy las nuevas generaciones deben nutrirse de su savia, esa que alimentaba su espíritu rebelde y generoso del destacado luchador.
Él merece ser evocado y honrado por simbolizar los valores más auténticos de la juventud de su época. Debe ser recordado siempre con la edificante misión de preservar la Revolución cubana ante la política injerencista, nuevos peligros y amenazas de la administración de Donald Trump y el recrudecimiento del criminal bloqueo de los Estados Unidos.
Si hay una forma para rendirle tributo por las actuales generaciones pudiera ser, tomando como guía las palabras del actual presidente de la República Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, el 30 de Julio de 2012, cuando se cumplieron los 55 años de su caída en combate junto a Raúl Pujol. Las palabras de Díaz-Canel sirven para que los jóvenes puedan entender e interpretar mejor la vida de “ese joven santiaguero, que entregó su vida para hacer de Cuba, su Cuba, una nación libre e independiente”.
“Frank tuvo desde siempre una fe infinita en la victoria y una extraordinaria capacidad para crecerse ante cualquier dificultad, entre ellas la pérdida de compañeros muy apreciados como Josué, su hermano querido, destacado combatiente revolucionario”, reflexionaba el destacado líder.
“Frank era un hombre de acción y, al mismo tiempo, de pensamiento: con menos de 18 años, comienza su enfrentamiento a la dictadura de Batista, hasta convertirse en un destacado líder revolucionario. Gustaba de escribir versos y tocaba el piano. Se incorpora de lleno a la lucha revolucionaria e impartió la gran clase magistral de patriotismo”, reflexionaba Díaz-Canel.
“Frank se convirtió en una personalidad legendaria para el pueblo que tanto lo quería. Tenía al morir 22 años y en él hicieron síntesis todas las virtudes revolucionarias”.
“Es Frank una historia elocuente de un excepcional combatiente revolucionario, que hoy sigue irguiéndose como ejemplo paradigmático para nuestros jóvenes por su entereza y por su manera de poner el deber y la disciplina por encima de las emociones”.
Todas estas palabras de nuestro actual presidente Miguel Díaz-Canel, hoy tienen una vigencia si sabemos contextualizar la vida del combatiente clandestino a nuestros días. Es por eso que Frank sigue siendo faro y guía para las actuales generaciones.
Las frases finales de Díaz-Canel marcó nuestro destino en alianza con Frank, cuando dijo, y cito, “fieles a ese ejemplo, enfrentemos decididamente a aquellos que conspiran contra la Revolución, apegados como furibundos anexionistas a cuanta campaña calumniosa sea financiada, organizada y dirigida por el gobierno de Estados Unidos; actuemos también, consecuentemente en lo que a cada uno de nosotros corresponde, elevemos “la producción y la productividad del trabajo”, seamos perseverantes y consolidemos un orden y una disciplina que nos permita no retroceder un solo milímetro de lo que avancemos”.
Entonces tomando su modelo podemos reafirmar que el ejemplo de este joven, quien llegó ser un avezado jefe de la lucha clandestina, continúa motivando las mejores causas y acciones de las nuevas generaciones que se inspiran en él para hacerle bien a la Patria, porque simplemente Frank sigue siendo para los bisoños de hoy luz de aurora.
