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Foto Roberto Mesa

La rotunda certeza de que una imagen habla por más de mil palabras es evidente por estos días en el Hospital Provincial Clínico, Quirúrgico y Docente Celia Sánchez Manduley, de la ciudad de Manzanillo

Muchos comentarán que falta por lograr en varios frentes, pero igual de ciertas son  las transformaciones, como evidencia de que la salud y el bienestar del pueblo se defiende desde la más alta dirección del país, la provincia de Granma, el territorio manzanillero y los administrativos del “Celia”.

En la instalación se hizo “magia” cuando en el país tuvo escasez de oxígeno, y se trabajó tanto que ya casi está a punto una planta para elaborar ese producto medicinal; a disposición de los pacientes están 21 nuevos riñones artificiales y un equipo de ultrasonido de los más modernos del ámbito granmense.

A ello se suma lo que se puede catalogar como la “joya” del último año en el principal hospital de la región del Guacanayabo: la Unidad de Cuidados Intensivos de Emergencia, que a un coste millonario al bolsillo del país, trabajo,  sudor y sacrificio ya agradecen los pacientes.

Mucho sabe de ese sentimiento Ismai Fonseca, un niquereño a quien, por estos días, su vesícula le ha dado varios “dolores de cabeza” y hoy está ingresado en la Sala 2A Cirugía.

“A veces los malestares son insoportables; pero ahí están los médicos y las enfermeras, todos al tanto del más mínimo detalle. Puede escasear algún medicamento, pero sobra la voluntad, el cuidado y la sensibilidad de todo el colectivo.”

Cada palabra del enfermo no es fruto de la casualidad y sí del sentido de pertenencia y la responsabilidad social y sensible del colectivo que, si bien sabe de limitaciones y carencias, no le da la espalda a la entrega cotidiana en busca de la satisfacción de pacientes y acompañantes.

El doctor Alejandro Matos Lastres, el joven director del “Celia Sánchez” expone que “lo hacemos por el compromiso de sanar el cuerpo y el alma; el amor por nuestros semejantes y la consagración permanente a una labor maravillosa.

“Es el mayor orgullo por el prestigio y la profesionalidad que aprendimos de nuestros profesores y la dedicación del colectivo por más de 40 años de labor”, asevera el muchacho.

Esa es la juventud que hoy es continuidad de cientos de galenos que en cada uno de los pasillos de este hospital dejaron impronta, y reconocen granmenses como  Ismai Fonseca.

Cada profesional del principal hospital manzanillero desfilará este Primero de Mayo convencido de que Cuba vive y trabaja por su pueblo, el mismo que sabe que una imagen vale más que mil palabras donde ellos defienden la salud.

Por Roberto Mesa Matos