Rechaza mayoría de estadounidenses presiones de Trump para reabrir escuelas, pese al aumento de casos de coronavirus

Solo uno de cada cuatro estadounidenses piensa que es seguro que las escuelas públicas vuelvan a abrir sus puertas para comenzar el curso escolar 2020-2021, ante el aumento de los casos de coronavirus en el país.

Cuatro de cada diez padres admitieron que probablemente dejarían a sus hijos en casa si se reanudan las clases, de acuerdo con una encuesta nacional de Reuters/Ipsos.

El sondeo se realizó en un momento en que los 13 mil distritos escolares de Estados Unidos se enfrentan al dilema de cómo reanudar de forma segura la enseñanza, después de cerrar las escuelas en primavera, cuando la epidemia de la COVID-19 estaba en alza, como ocurre ahora.

El estudio de opinión determinó que el 55 por ciento de los estadounidenses considera que todavía no es seguro que los centros escolares de su comunidad trajeran de vuelta a los estudiantes, mientras que solo el 26 por ciento de los encuestados creen que no es peligro el reinicio de las clases.

Las respuestas se dividieron según las tendencias políticas, con la mitad de los votantes republicanos creyendo que las escuelas eran seguras, comparado con solo uno de cada 10 demócratas.

Entre los encuestados con hijos en edad escolar, cuatro de cada 10 declararon como poco probable que enviaran a los niños a la escuela si se reanudaba la enseñanza presencial.

Cinco de cada diez dijeron que los enviarían a sus hijos, y el resto No estaba seguro de hacerlo.

Los resultados del sondeo sugieren que la exigencia del presidente Donald Trump de reabrir completamente las escuelas está en desacuerdo con la opinión de la mayoría de los estadounidenses.

Incluso, el principal responsable científico en la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos, Anthony Fauci, advirtió que el país debe controlar la pandemia antes de permitir que los niños vuelvan a los centros educativos de forma segura.

Acusan a Trump de poner en riesgo la salud de los niños estadounidenses

Pero Trump ha hecho de la reapertura de las escuelas públicas un tema central de su campaña de reelección, ha exigido que los distritos escolares ofrezcan un horario completo de clases, y amenazó con recortar los fondos de las escuelas que no lo cumplan.

Con las presiones para una vuelta a clases, Trump busca en parte atraerse a los votantes de las periferias urbanas, especialmente a las mujeres, quienes están cada vez más descontentas con la gestión del mandatario, de acuerdo con los analistas.

Las mujeres blancas son clave para la reelección de Trump, pues el actual mandatario ganó a ese espacio demográfico por 13 puntos porcentuales en las elecciones de 2016, y también son uno de los subgrupos con más probabilidades de acudir a las urnas.

Pero la encuesta de Reuter-Ipsos reveló que solo tres de cada 10 mujeres blancas, e incluso dos de cada diez en las zonas residenciales de la periferia, creen que sea seguro reabrir las escuelas.

Más de ocho de cada 10 mujeres blancas se declararon preocupadas por la propagación del coronavirus, que se ha cobrado más de 138 mil vidas en Estados Unidos y sigue extendiéndose rápidamente por gran parte del país.

Florida continúa señalizada como el epicentro de la epidemia en la nación norteña, con una explosión de casos y al anotarse un nuevo récord diario de fallecidos, con 156 en las últimas 24 horas.

El condado floridano más poblado, Miami-Dade, es el principal foco de nuevos contagios, al punto de que las camas de sus hospitales están ahora a un 95 por ciento de ocupación.

Actualmente, las Unidades de Cuidados Intensivos están copadas al 85 coma 73, lo cual supone que tan solo hay disponibles 143 en todos los centros sanitarios de la región, cifras que han hecho saltar las alarmas de las autoridades, si bien todos los centros hospitalarios de Miami-Dade pueden aumentar su capacidad.

El alcalde de la ciudad, Francis Suárez, previno sobre la posibilidad de un nuevo confinamiento y cierre de los negocios, una medida que sería la última opción, pero que está sobre la mesa.

La propagación incontrolada de la COVID-19 por Florida ha llevado a que muchas voces pidan ya la cancelación allí de la Convención Nacional Republicana, prevista para agosto en Jacksonville, donde Donald Trump tiene previsto dar su discurso, tras ser postulado como el candidato republicano a la presidencia.