Donald Trump sugirió este jueves aplazar las elecciones del 3 de noviembre, porque cree que existe el riesgo de que sean… “imprecisas y fraudulentas”… por el sistema de voto por correo.
“Sería una gran vergüenza para Estados Unidos”, según el mensaje publicado hoy por Trump en su cuenta personal de la red social Twitter, donde pide posponer los comicios hasta que las personas puedan votar de forma adecuada y segura.
Unos minutos antes, Trump había calificado la votación por correo como un desastre catastrófico, y comentado que los demócratas saben que ese sufragio es una manera fácil para que los países extranjeros entren en la carrera presidencial estadounidense.
No hay precedentes en las últimas décadas del aplazamiento de unos comicios, como sugiere Trump, quien no puede postergar la contienda, porque ese derecho le pertenece al Congreso, cuya Cámara de Representantes está controlada por los demócratas.
En Estados Unidos, la fecha de las elecciones presidenciales queda fijada siempre para el primer martes de la primera semana completa del mes de noviembre.
Con su mensaje de hoy a favor de posponer los comicios, Trump repite las dudas que ha intentado sembrar en los últimos meses sobre la validez del voto por correo.
No solo Trump, también líderes republicanos han dicho que la votación online podría quedar bajo riesgo de manipulación, aunque numerosos estudios han hallado poca evidencia de fraude extendido conectado al sistema electrónico.
La epidemia de la COVID-19 y los temores que ha generado sobre una segunda ola de contagios hacia octubre y noviembre, ha llevado a varios estados del país a expandir la votación por correo electrónico.
Un sondeo de Reuters/Ipsos en abril mostró que la mayoría de los estadounidenses, incluyendo a los republicanos, quieren que el Gobierno implemente votaciones por correo el 3 de noviembre, si la COVID-19 continúa siendo para entonces una amenaza.
Ahora, la sugerencia de Trump de retrasar las elecciones, porque supuestamente el voto por correo las hará imprecisas y fraudulentas, se considera ya como un intento del magnate de atacar el proceso electoral en curso, ante la eventualidad de una derrota.
De acuerdo con un sondeo realizado este mes por la Universidad de Quinnipiac, el candidato demócrata Joe Biden tiene 52 por ciento de los votos contra 37 por ciento de Trump.
Pero el magnate se burla de las encuestas, insiste en que no va perdiendo y aseguró que las encuestas de hoy son mucho más falsas de lo que lo fueron en el 2016, cuando lo daban perdiendo frente a Hillary Clinton y él termino ganando la presidencia.
Mientras Trump y sus principales asesores intentan desacreditar los sondeos, analistas recuerdan en cambio que el presidente promueve las cifras de los estudios de opinión cuando le son favorables.
Dando por sentado que las encuestas no son infalibles y que una mayoría silenciosa de estadounidenses le dará la victoria, Trump se negó a prometer públicamente que respetará los resultados de los comicios de noviembre, de forma similar ha como lo hizo antes de las elecciones del 2016.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ya le advirtió a Trump que si pierde las elecciones, tendrá que irse de la Casa Blanca, lo quiera o no.