
Las tradiciones de un pueblo son las expresiones visibles de su identidad. En Manzanillo los carnavales son una tradición que suma costumbres. Durante esos días de jolgorio, de alegría y expansión, manzanilleros y visitantes arrollan al ritmo de las comparsas, cantan los anónimos estribillos de los sogones del momento, bailan con la música molida de los órganos o los géneros de moda, disfrutan con la belleza de sus mujeres, las carrozas, los efectos pirotécnicos, el ron Pinilla, la cerveza, el lechón asado o la liseta.