
Ramón Gutiérrez es un joven que, a pesar de enfrentar desafíos significativos debido a su discapacidad físico-motora, ha logrado construir una vida plena y activa. Su historia es un testimonio inspirador que demuestra que las limitaciones físicas no son un obstáculo para vivir con pasión y dedicación.
Desde su infancia, Ramón ha tenido que lidiar con las dificultades que su condición le impone. Sin embargo, en lugar de dejarse vencer por las circunstancias, decidió aprovechar al máximo cada oportunidad que se le presentara.
Su amor por la música, especialmente el rock, lo llevó a convertirse en un miembro activo de la Asociación Hermanos Saíz, donde ha encontrado un espacio para expresar su creatividad y conectar con otros jóvenes que comparten su pasión.
Ramón no solo participa en eventos y actividades, sino que también se ha convertido en el encargado de relaciones públicas de la ACLIFIM (Asociación Cubana de Limitados Físicos-Motores) en el municipio Manzanillo. En este rol, se dedica a promover la inclusión y la visibilidad de las personas con discapacidad, trabajando incansablemente para crear un entorno más accesible y justo para todos. Su entusiasmo y dedicación han sido fundamentales para inspirar a otros a seguir sus pasos.

Es un firme creyente en el poder de la actitud positiva. A través de sus palabras y acciones, envía un mensaje claro a todas las personas que enfrentan limitaciones físicas: «Vivir con pasión es fundamental. No importa cuáles sean tus desafíos; lo importante es encontrar lo que amas y dedicarte a ello con todo tu corazón». Su enfoque optimista ha resonado en muchos, convirtiéndolo en un modelo a seguir para aquellos que buscan superar sus propias barreras.
A pesar de las dificultades que enfrenta a diario, Ramón no se rinde. Su energía contagiosa y su amor por el rock lo convierten en un líder natural, capaz de unir a las personas en torno a una causa común: la celebración de la vida y la música.
En un mundo donde a menudo se subestima el potencial de las personas con discapacidad, Ramón brilla como un faro de esperanza y determinación, demostrando que vivir con pasión es posible para todos.