
No existe obra humana perfecta si la manos de la mujer, y Olga Reyes Legón, trabajadora del salón procesador de pescado, en la Empresa Pesquera Industrial de Granma (EPIGRAN), es muestra de ello.
«Ahí pico pescado o minuta, hago todo lo que haya que hacer porque soy una de las que siempre ha salido adelante y aunque todos mis compañeros salen adelante también, me destaco todos los años.
Y ahí me siento bien; llevo 30 años trabajando aquí.Trabajé primero en el ostión, después vine con plaza para acá para el pescado.
Me siento satisfecha porque mi papá también fue vanguardia en esta empresa y hasta se jubiló aquí y yo tengo 30 años de trabajo en este lugar donde pienso jubilarme.
El trabajo en el pescado no es un trabajo fácil, pero es más manual que el ostión que es para hombres. En esta área yo hago minuta, enviscerado, picamos distintos tipos de pescado, todo lo que se procesa aquí.
No tenemos una norma, pero yo proceso unas 30 cajas por jornada, que son unos 200 kilogramos diarios. Estas habilidades las aprendí aquí.
Esta plaza me la gané, yo venía a trabajar voluntario, sin tener contrato, porque ya en el ostión quedamos afuera porque eso era por etapas. Y yo venía a trabajar voluntario.
Ya tengo 11 años en esta área. Mi papá era pescador, fue también uno de los mejores pescadores de la empresa, militante del partido, como yo, además
soy secretaria del núcleo, cobro la finanza del núcleo y la del sindicato.
Soy mujer creadora, pertenezco a este movimiento desde hace nueve años; he creado diferentes platos. Lo mismo de picadillo, que de minuta, que de pescado entero.De distintos tipos de pescado. Todo lo que se procesa en la industria, lo que a veces no sale en el mercado.
Nosotros lo hacemos. Con nuestro producto y variadas formas de elaboración. A veces hemos llevado a lugares así como Pilón. A vender además se han vendido en el centro del pueblo.
Trabajo aquí porque, inicie mi vida laboral en este lugar; aquí tengo a mi hija trabajando en el conformado a mi nieto en el camarón y mi yerno es pescador de Sierra. Todos estamos aquí insertados en la pesca.
Mi sobrina es la directora de la industria. Aquí todos estamos insertados en lo que es mi familia. Nos hemos insertado aquí en el proceso de las industrias de lo que sea, de camarón, de conformado, de cualquier tipo de producción.
Y estamos donde la Revolución nos necesita porque para eso estamos aquí. Llevo treinta años que me siento contenta. Hasta ahora he trabajado bien, y año tras año he salido siempre entre las destacadas».