
El día del trabajador partidista, no es solo una fecha en el calendario revolucionario: es un símbolo de entrega, disciplina y lealtad a los principios que forjaron Cuba.
En vísperas de esta conmemoración y en reconocimiento a quienes trabajan desde las trincheras más humildes del Partido, dialogamos con René Arias Viu, quien es coordinador del Consejo Popular número dos, Horacio Rodríguez de esta ciudad costera. Arias Viu nos habla de su labor silenciosa pero vital durante 18 años en la organización.
Periodista (P): Usted lleva muchos años de trabajo en el Partido, ¿cómo comenzó su labor y qué lo motivó?
René (R): «Comencé como funcionario en el año 2007, donde trabajé en las diferentes misiones y tareas que orientaban los Comités Provincial y Municipal del Partido, dando cumplimiento a las cuatro prioridades de nuestra organización que son; la labor política e ideológica, lograr la unidad en todos los niveles, el enfrentamiento a las tendencias negativas y el desarrollo de la economía nacional. Luego como parte del proceso de reestructuración, paso a ser coordinador político donde atiendo el Consejo Popular Horacio Rodríguez y mi misión principal es aglutinar todas las fuerzas revolucionarias y fortalecerlas, siempre cumpliendo con las cuatro prioridades. Mi motivo principal para pertenecer a las filas del Partido es el profundo agradecimiento y amor que siento por esta Revolución».
P: ¿Cuál es la labor de un coordinador político?
R: «El coordinador político del Partido Comunista de Cuba (PCC) es una figura clave en la estructura de dirección partidista, especialmente a nivel municipal. Mi labor combina organización, ideología y vínculo con el pueblo, siempre bajo los lineamientos del PCC y la Revolución. Debo velar por que las orientaciones nacionales y provinciales se ejecuten en el municipio, por ejemplo, si hay que realizar campañas agrícolas, los programas sociales y las reuniones de rendición de cuenta. Además debo supervisar que las organizaciones de base cumplan con sus planes. Así como lograr un vínculo entre instituciones y el pueblo».
P: ¿Qué desafíos ha enfrentado en estos años y cómo los superó?
R: «Bueno, es una realidad que nos golpea mucho la situación por la que atraviesa el país, la falta de recursos, de insumos, a veces la poca comprensión de los manzanilleros ante situaciones complejas, es difícil, pero no imposible sacar el trabajo adelante. Siempre he estado rodeado de personas capaces que me acompañan y me apoyan, el mérito es todos, no solo mío».
P: ¿Qué significa para uted el Partido y que mensaje puede transmitirle a las nuevas generaciones?
R: «Esta organización es para mi lo que da vida a todo lo que hemos construido en Cuba. Es la familia extendida que me ha permitido servir a Manzanillo en tiempos de huracanes, en campañas de vacunación. El socialismo se hace todos los días, se hace cuando un joven universitario enseña a leer a un abuelo en el barrio; cuando ayuda y aporta en la comunidad, cuando se combate las ilegalidades y el delito, cuando defendemos nuestra verdad frente a las mentiras del bloqueo (…). Y a los jóvenes les digo que esta Revolución la hicieron personas jóvenes y hoy les toca a ellos escribir el próximo capítulo».
René ha sido testigo y protagonista de la historia reciente de Manzanillo, tejiendo con paciencia los hilos que unen al Partido con el pueblo.
En vísperas del 16 de abril, Día del Trabajador del Partido, su testimonio nos recuerda que la lealtad no es una palabra abstracta, sino una práctica constante en la solución de problemas cotidianos, en la defensa de los principios y, sobre todo, en la transmisión de valores a las nuevas generaciones.