
Manzanillo. Mayo 10.- Muchos la conocen, es una de esas doctoras de carácter firme y de noble corazón; determinada ante las adversidades y no conoce revés que la pueda dominar; su fe y confianza la han llevado por casi cuatro décadas a ser una cátedra de Urología en el Hospital Clínico Quirúrgico Docente Celia Sánchez Manduley de esta ciudad.
«Mi nombre es Vilma Méndez López, fue en el año 1980 que tuve la oportunidad de comenzar a estudiar medicina. En aquel tiempo era muy difícil optar por una carrera de medicina o estomatología.
Había que tener un promedio por encima de 95 puntos y afortunadamente yo estaba entre ese grupo de estudiantes. Comencé en ese año la carrera de medicina y en 1986 la terminé. Los primeros estudios los cursé en la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba y el quinto año lo hice en la filial universitaria de medicina que radicaba en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo.
Tuve la oportunidad de participar en el primer contingente médico rural que al llamado de Fidel se conformó y fui a hacer el sexto año de la carrera como médico rural en el municipio de Bartolomé Masó. Ahí la experiencia fue rica porque éramos ocho internos rurales, seis compañeros médicos que estaban en igual condición que yo de La Habana y mi hermano que también es médico, el doctor Héctor Méndez López que es cirujano y yo de aquí de Granma.
Fue un año de una vasta experiencia, trabajamos solos en el hospital pediátrico con la ayuda de algunos profesores que de vez en cuando nos visitaban y con el empeño de todo el colectivo que era de ocho estudiantes de medicina del sexto año que queríamos aprender, ser buenos profesionales y todo nos salió bien.
En el año 1983 opté por la especialidad de Urología en la cual he transitado a lo largo de mi vida de médico. También en esa oportunidad fue un llamado de Fidel Castro a todos aquellos médicos estudiantes que habían sido alumnos ayudantes en alguna especialidad quirúrgica, podían optar por la misma especialidad y hacerlo en vía directa que era como se llamaba en ese tiempo.
Había un déficit de profesionales en especialidades quirúrgicas y unos cuantos estudiantes del contingente médico rural Manuel Piti Fajardo tuvimos la posibilidad de optar y hoy todos somos especialistas en alguna rama quirúrgica.
Desde ese año 1986, como dije anteriormente, he transitado por la especialidad. Recientemente el 30 de abril cumplí 37 años de especialista y llevo ya 40 años de médico. A lo largo de la carrera, para qué decir, no ha sido fácil, de mucho estudio, de muchas responsabilidades, una especialidad quirúrgica, de mucho trabajo.
Los tiempos eran de esfuerzo, los tiempos eran de dignidad, los tiempos eran de disciplina y gracias a esta disciplina y a la enseñanza de mis profesores Mariano Castillo Rodríguez, un urólogo de La Habana que estaba prestando servicio, de mi profesor Carlos García González, un urólogo que fue el primero aquí en el Hospital Celia Sánchez cuando lo inauguraron y el profesor Jorge Belisantanas pues adquirí los conocimientos que tengo en el día de hoy.
Durante este tiempo de desempeño como uróloga tuve la posibilidad de ser madre, eso es un don y un regalo del cielo que sólo Dios nos da a las mujeres y para la gloria de Dios tengo a mi hija Azul, muchas personas del pueblo de Manzanillo, sobre todo de la época que estudiaron conmigo, la conocen, es una hija maravillosa, que también estudió, que tiene principios, buenas costumbres, buena educación, que sabe que hay que trabajar, esforzarse, ser honrado y ser honesto para que en la vida nos vaya bien.
Bueno la maternidad fue un poco difícil porque no pude dejar de hacer un guardia en ese tiempo, solamente en los meses finales del embarazo, pero todo transcurrió con la ayuda de mis profesores, de mis compañeros de trabajo en aquel tiempo y salí adelante.
En primer lugar decir que además de ser uróloga he tenido la dicha de poder impartir los conocimientos que he adquirido en la vida como profesional, soy profesora auxiliar, especialista del segundo grado en urología, soy la profesora consultante de la cátedra de urología y hace mucho tiempo después que pasaron los años difíciles de la niña pequeña y del periodo especial se abrieron muchas posibilidades de ir a eventos, de ir a congresos, de ir a intercambiar conocimiento en otras provincias.
Recientemente, el pasado año tuvimos una vida docente y académica muy fructífera con la participación en el congreso inyernacional de urología con la participación de una jornada en Ciego de Ávila, que fue un evento que se celebró en homenaje al aniversario del hospital de ese lugar y ahí hubo intercambio nacional de especialistas, todos los urólogos del país que se congregaron allí, llevaron sus experiencias, su trabajo a lo largo de todo el tiempo, allí se aprovechó y se hizo la última reunión del grupo nacional de urología, se pautaron nuevos criterios, nuevos conceptos para el mejor funcionamiento de esta especialidad.
Esta es una especialidad preciosa, muy compleja, que en el mundo está entre las primeras especialidades pero nosotros tenemos baja cobertura de la posibilidad de hacer cosas por la situación económica en que se encuentra el país, pero si tenemos en el espíritu de cada urólogo está el deseo de superarse, el deseo de enfrentar las situaciones, de hacer bien con lo poco que tenemos, de innovar y creo que a lo largo del país la experiencia de los urólogos cubanos ha sido vasta y ha sido satisfactoria.
Tenemos muy buenos resultados a pesar de que hemos ido trabajando con muchas dificultades. También participo en la docencia de los estudiantes de quinto año de medicina, que es el año que atendemos, tenemos a cargo también la formación de todos los residentes de la especialidad de urología, recientemente hemos graduado a tres especialistas en este año que culminó, el año 2024 y 2025, todavía en marzo graduamos a uno.
También somos parte del grupo nacional auspiciado por el Ministerio de Educación Superior, formamos en los equipos de Acreditación Nacional de cada una de las especialidades de la carrera de medicina, en este caso yo por supuesto estoy en el equipo de urología y hemos ido a lo largo de cuatro años hacia acá a varias provincias, Pinar del Río, Santiago Espíritu, Villa Clara, Camagüey, Ciego de Ávila, a contribuir en la revisión y acreditación de cada una de las cátedras de urología y hemos visto buenos resultados en el desempeño de esas cátedras que han sido evaluadas.
En todos estos años me regocija el reconocimiento de muchos estudiantes, el de unos cuantos profesionales a los que he formado, el reconocimiento sobre todo de mis profesores que me formaron que todavía, igual que en tiempos pasados depositaron confianza en mí, todavía la depositan y me halagan con sus palabras y me estimulan a seguir trabajando.
El ánimo y el deseo y el trabajo en el cual me he proyectado para que después que ya yo no esté, el servicio de urología sea un servicio de excelencia, como siempre fue desde su fundación aquí en Manzanillo y que haya una integración de todos los urológos en el conocimiento más profundo de la especialidad, en el hacer más por la especialidad, en el deseo de investigar para sacar adelante a la especialidad. El reconocimiento sobre todo del pueblo de Manzanillo al que he atendido, creo que mayormente en un gran por ciento de los pacientes se encuentran satisfechos con mi atención médica y no por último el menos importante, doy gracias a Dios que creo que la vida me ha ido para bien en el desempeño de esta hermosa tarea como uróloga.