
Emprender se ha convertido en un acto de valentía, y la historia de Amarilis Cisneros, una madre manzanillera que transforma la cera en arte, brilla con luz propia. Hace tres años, esta joven ama de casa descubrió su pasión en la fabricación de velas artesanales.
Este oficio, que comenzó como un aprendizaje en tiempos de pandemia —guiada por los consejos de una prima— se transformó en Ama Velas, un emprendimiento que hoy lleva impreso el calor de su espíritu.

Sus primeras creaciones fueron velas numéricas, pero con el tiempo, su ingenio y la necesidad de salir adelante la llevaron a explorar diseños más audaces, siempre con cera de abeja, natural por sus aromas relajantes y como un tributo a lo auténtico, a lo que perdura.
Su pieza favorita —dos manos sosteniendo un corazón— es un símbolo de su recorrido: una mano es ella, el corazón su emprendimiento y la otra representa a su hijo Karl, a su familia y amigos, pilares que nunca la han soltado, tanto así, que es el logotipo de su marca.

«Cuando siento que el cansancio me gana la batalla, miro los ojitos de mi niño y sé que no puedo parar», confiesa, y la verdad es que no hay horarios para una madre que emprende. Su jornada comienza antes del amanecer y termina cuando la ciudad ya duerme.
«Hay días que termino con la espalda rota, pero luego veo a mi niño imitándome, trabajando a mi lado, y sé que estoy tallando en él algo más importante que velas; el ejemplo de que no hay sueño que resista a la constancia».
Recientemente, las velitas de Amarilis estuvieron a la venta por primera vez en la Feria Nacional Arte para Mamá, organizada por el Fondo de Bienes Culturales de Artex en Manzanillo, en saludo al día de las madres, logro que no solo habla de su crecimiento, sino del apoyo que ha encontrado en redes como el Movimiento de Mujeres Emprendedoras y Empoderadas de la ciudad, que le ha abierto puertas a expoventas y hasta a gestos solidarios, como donaciones a la Casa de Niños sin Amparo Filial.

Su mayor desafío, es no rendirse. Como madre y mujer emprendedora, sabe que el camino no es fácil, pero su determinación y el respaldo de los suyos la mantienen en pie.
Se podría hacer un libro de las veces que ha tenido que reinventar diseños por falta de materiales, de las noches sin dormir cumpliendo pedidos, de los sacrificios que realiza a diario, pero prefiere agradecer cada oportunidad de crear que la vida le da
Hoy, cuando Ama encienda una de sus velas, no solo se desprenderá el aroma a miel, sino el espíritu indomable de esa mujer cubana que cría, crea y resiste, todo al mismo tiempo, con la seguridad de que la verdadera luz no es la que emana de la cera, sino la que nace cuando el amor de madre se convierte en el impulso para salir adelante.