Talleres Fajardo: fundición, maquinado y esfuerzo

Foto: Cortesía de los Talleres Fajardo
Foto: Cortesía de los Talleres Fajardo

Manzanillo. Julio 2.- La Unidad Empresarial de Base (UEB) Talleres Manuel Fajardo, perteneciente al Grupo Azucarero AZCUBA, bajo la dirección de Mario Enrique Escalona Cordera, se define por una misión clara: «Nosotros fundimos masas de los centrales, principalmente para la parte del Oriente de Cuba», explica.

Aunque el ritmo de la molienda pueda aminorar, en la fundición Manuel Fajardo la zafra propia es constante. «En este momento estamos trabajando en un grupo de piezas y agregados, ya que en el mes de septiembre comienza la zafra de nosotros», afirma Escalona Cordera con convicción. Su tarea es anticiparse, asegurar a tiempo las reparaciones que los centrales necesitarán. Bombas, masas, copling y raspadoras son solo algunas de las piezas claves que salen de sus hornos, listas para enfrentar el próximo ciclo productivo.

Mario Enrique Escalona Cordera, director de la UEB Talleres Manuel Fajardo // Foto Samantha Cabrera

Los desafíos, como la compleja situación electroenergética del país, no detienen su producción. La respuesta ha sido la organización inteligente: «Hemos organizado los turnos de trabajo, en el horario de la madrugada», detalla el director. Para cumplir, la UEB cuenta con una combinación de tecnología: dos hornos tradicionales para los grandes volúmenes de fundición y dos modernos hornos chinos de inducción, más sofisticados y precisos. El proceso no termina en la colada; un área de maquinado da el acabado final a cada pieza, garantizando su funcionalidad.

Por solicitud del Grupo AZCUBA, la unidad ha diversificado su servicio. «Actualmente hemos tenido la posibilidad de abrirnos con terceros como Acueducto, la Pesca y las centrales termoeléctricas», destaca Escalona Cordera. Esta expansión demuestra no solo su capacidad técnica, sino también su flexibilidad para aportar al desarrollo de otros sectores estratégicos de la economía cubana, fundiendo soluciones más allá de los cañaverales.

Gueissler Martínez López, Jefe de planta de fundición con seis años de graduado, reconoce la complejidad de dirigir, pero también el valor de su equipo.

Gueissler Martínez López, Ingeniero metalúrgico y Jefe de la Planta de Fundición // Foto: Samantha Cabrera

«Seis años de teoría se validan aquí, en el piso de producción, donde el verdadero liderazgo se forja junto al sudor del equipo, sin ellos, ni el conocimiento ni los títulos valdrían nada y dirigir es complejo, sí; pero ver cómo este equipo supera obstáculos es lo que da sentido a mi trabajo», afirma Gueissler con convicción.

Por otra parte, el papel crucial del Departamento de Recursos Humanos, la fábrica no solamente trabaja duro la mano de obra; detrás de cada turno hay personas gestionando nóminas. «Nuestra primicia es clara: mientras los hornos no paran, nosotros tampoco. Garantizar condiciones dignas y resolver crisis humanas es el motor que nadie ve», revelan sus miembros como primicia departamental.

Es esta sinergia, entre el sudor del taller y la gestión comprometida, la que mantiene encendidos los hornos del Manuel Fajardo, forjando presente y futuro para Cuba.

Planta de fundición // Foto: Samantha Cabrera
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