Manzanillo. Julio 20.- El Día de los Niños transformó a Manzanillo en un gigantesco patio de juegos, donde la risa infantil fue la banda sonora indiscutible. El Parque Masó fue el epicentro inicial de la celebración, desbordándose de energía con una marea de niños y padres ansiosos por disfrutar.
Bajo la sombra de sus árboles y en cada rincón disponible, familias completas compartieron momentos de esparcimiento, juegos tradicionales y la simple felicidad de estar juntos en un ambiente festivo y seguro, marcando el inicio de una jornada inolvidable.
La cultura también tuvo su espacio estelar con una función especial en el cine popular de la ciudad. El escenario fue conquistado por el encanto y el talento del grupo infantil La Colmenita Corazón Gigante. Su presentación, llena de colorido, música cubana y mensajes de amor y unidad, robó sonrisas y aplausos de grandes y chicos por igual, convirtiendo la sala en un hervidero de emoción y orgullo local, demostrando el poder del arte para conmover a las nuevas generaciones.
Sin embargo, la fiesta no se limitó a un solo punto. El Parque Vallespín contribuyó enormemente al ambiente lúdico, con todas sus atracciones funcionando a pleno rendimiento, cada rincón del parque ofrecía una aventura. Niños de todas las edades encontraron su diversión favorita, ya fuera deslizándose, balanceándose o dando vueltas, bajo la atenta mirada de padres que también revivieron su infancia. La vitalidad del parque fue un componente esencial de la celebración.
Este Día de los Niños fue posible gracias a un esfuerzo mancomunado. El comercio y la gastronomía local apoyaron decididamente la jornada, integrando la vitalidad económica y el servicio a la comunidad en el tejido de esta gran fiesta familiar.
El resultado fue un Manzanillo unido, donde las sonrisas dibujadas en el rostro de sus niños quedaron como el mejor testimonio de un día verdaderamente exitoso y lleno de recuerdos imborrables.