
Desde la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donald Trump, consideró que en el país persa eran necesario cambios y llamó a sus autoridades a permitir la libertad de expresión que muchos aquí estiman fue pisoteada en Estados Unidos en las acciones de Occupy Wall Street.
La Cancillería rusa expresó, además, su esperanza de que la situación de ninguna forma desemboque en la violencia y el derramamiento de sangre.
Medios de difusión aquí establecieron paralelos con la manipulación hecha desde el exterior en Siria de demandas de la población para llevarlas a acciones armadas hasta provocar artificialmente un conflicto civil.
Las autoridades iraníes aclararon que el país cuenta en su Constitución con el derecho de la población a expresar sus descontentos de forma pacífica, sin violaciones de la ley.
A juicio del presidente iraní, Hasan Rohani, los enemigos del país persa, encabezados por Estados Unidos, no toleran los logros de Irán en el acuerdo nuclear y en la región e incitan a generar disturbios.
‘Nuestro progreso ha sido intolerable para ellos; nuestro éxito en el mundo de la política ante Estados Unidos y el régimen sionista (Israel) ha sido insoportable para ellos’, acotó el jefe del Estado.
Rohani recordó que los adversarios, en alusión al reino de Arabia Saudita, trabajan a fin de crear caos en Irán, y en respuesta pidió unidad entre la nación y el Gobierno.
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