
Manzanillo. Agosto 22.- Hoy 22 de agosto, en el segundo día de las fiestas populares, el sol de la tarde bañó las calles de Manzanillo mientras la ciudad se preparaba para el evento más esperado: el recorrido de las congas. El ambiente era de pura alegría, con familias enteras listas para vivir una tarde llena de música y tradición.
A las 4:00 en punto de la tarde, el silencio se rompió con el redoble de los tambores de la Conga de Romilio, que tuvo el honor de ser la primera en iniciar el recorrido. Desde los balcones, los vecinos arrojaban agua a los arrollados para aliviar el calor, mientras muchos grababan con sus teléfonos para conservar el recuerdo y compartirlo con familiares lejanos.
Le siguieron la Conga La Juventud y la Conga Santa Elena, cada una aportando su estilo, el punto culminante llegó con la participación de la Conga de Guáimaro, la cual partió desde el Parque Céspedes.
Las calles se transformaron en un río de gente bailando al compás de la música, donde no había espectadores sino participantes activos de la celebración.
Lo más remarcable de esta jornada fue ver como el pueblo manzanillero hizo suya la fiesta. Generaciones se unieron en el baile: abuelos que transmitían los pasos tradicionales, padres que mantenían viva la memoria y niños que aprendían con entusiasmo esta herencia cultural. Este disfrute colectivo demostró una vez más que las congas son el latido identitario de Manzanillo.
Así, bajo el sol del verano cubano, las congas manzanilleras reafirmaron que la tradición no es solo recuerdo del pasado, sino fuerza viva que alimenta nuestra identidad. En cada golpe de tambor late la herencia de un pueblo que celebra su cultura con orgullo, uniendo generaciones en el calor de agosto y confirmando que estas fiestas son el corazón que mantiene vivo el espíritu de Cuba.