Las Marianas, de Prejuicios a Leyenda

Foto: tomada de Internet
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Por: Elienys Pérez Pacheco

En el corazón de la Sierra Maestra, un sol intenso ilumina en estos días un paisaje de memorias, hoy ya no hay fusiles ni uniformes verde olivo, sino flores silvestres y el murmullo emocionado de quienes recuerdan una gesta singular. Se conmemora un nuevo aniversario del Pelotón Las Marianas, un nacimiento desafiante en los albores de la Revolución Cubana.
La historia nos traslada al cuatro de septiembre de mil novecientos cincuenta y ocho en la comandancia la Plata, en pleno fragor de la contraofensiva final del Ejército Rebelde, donde en una reunión del Estado Mayor, liderada por Fidel Castro, germinó la idea de crear una fuerza de combate femenina, algo inaudito hasta entonces. No fue una decisión fácil, salían a relucir prejuicios machistas, arraigados incluso en las filas revolucionarias, amenazando con sofocar la iniciativa.
En aquel entonces la presencia de Celia Sánchez Manduley, audaz luchadora que se había unido a la Columna 1 José Martí y su valía en el combate contra el enemigo era un argumento irrefutable para quienes aún dudaban del papel de la mujer en la guerra.
Cuentan que en una ocasión un soldado cuestionó a nuestro líder, el por qué darle un fúsil a una mujer mientras ellos carecían de armas, a lo este respondió: «Te voy a decir por qué, sencillamente es mejor combatiente que tú».
Así de manera nació el Pelotón Las Marianas, una fuerza de élite integrada por trece jóvenes campesinas del suroriente cubano, maestras, enfermeras, mensajeras y logísticas que dieron un paso al frente para defender la Revolución con las armas en la mano.
Como prueba de su confianza, Fidel Castro Ruz las entrenó y les enseñó a tirar. Luego de varios días de preparación, las convocó para elegir la jefa y al término de una prueba de tiro, Isabel Rielo resultó la mejor y fue designada al frente del pelotón.
Transcurridas algunas semanas, y ya armadas, comenzaron a participar en combates dirigidas por el comandante Eddy Suñol, pese a que inicialmente él se había opuesto a que las mujeres fueran armadas.
El bautismo de fuego llegó pronto, en el combate de Cerro Pelado, el vienticiete de septiembre de ese mismo año, Las Marianas demostraron su arrojo y su destreza en el combate. También estuvieron presentes en la histórica Batalla de Guisa, dirigida por Fidel en los finales de la campaña victoriosa en el Oriente. Dicho combate fue el más violento de los que libraron, tuvo una duración de diez días, y en él, hombres y mujeres hicieron derroche de heroísmo; demostrando así que eran buenas en la pelea como cualquier hombre.
El tiempo ha pasado, pero el legado de ellas permanece intacto. Algunas de ellas alcanzaron rangos únicos en las FAR .
Hoy, al conmemorar su aniversario, recordamos a estas mujeres valientes que desafiaron los prejuicios y lucharon por sus derechos. Su ejemplo nos inspira a seguir construyendo una sociedad más justa e igualitaria.
Su legado a lo largo de los años se ha convertido en una llama inspiradora para generaciones de cubanas en la lucha por la igualdad y la justicia. Su espíritu vive en cada mujer que se levanta para defender sus derechos y su dignidad.
De esta manera queda demostrado, que las mujeres podemos realmente empuñar las armas e igualarnos a la fortaleza de los hombres.

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