
El tema del pago en la compra de productos para los trabajadores estatales y jubilados, fundamentalmente, se suma a la lista de tropiezos que hacen la vida cada día más difícil a los manzanilleros.
“El pago es por EnZona”, “Sólo hasta mil pesos”, “No puedes llevar del mismo producto más de 500 pesos”, son respuestas habituales en algunos de los lugares que aceptan el pago por transferencia, o mejor dicho, hacen como que aceptan pero en realidad son varias las trabas que imponen para poder usar el pago digital.
Eso para no entrar en que si es pago en línea o transferencia porque ante el desespero por poder adquirir los productos ya a usted no le importa si recibe una bonificación o no.
Así encontramos a muchos pobladores de esta ciudad mar caminando de un lado para otro con la pregunta en la boca ¿aceptas transferencia? Porque lo que se supone es ley, en realidad no se cumple, y el recibir el pago en una tarjeta se vuelve una tortura cuando de buscar alimentos se trata.
Hay que reconocer que los trabajadores por cuenta propia tienen sus argumentos, también válidos, ponen el dinero en la tarjeta y después el banco no los deja sacar todo el efectivo que necesitan para continuar invirtiendo, y la mayoría de los proveedores exigen dinero en mano.
A eso súmele los serios problemas de conexión, los constantes apagones, la no disposición de dinero en los cajeros automáticos o el banco, y la carencia de ofertas estatales que serían de hecho quienes deberían aceptar todo el pago según usted quiera: efectivo o digital.
Válido reconocer a quienes aceptan el uso de las pasarelas de pago sin imposición como el popular negocio de Álvaro en el garaje, o quienes realizan ventas en la carnicería Rex. Y puede que se quede algún otro, pero son los menos.
A estas alturas la bancarización no ha resultado ser la solución esperada, y los trabajadores estatales y las personas adultas mayores somos quienes más la sufrimos. ¿Decisión mal tomada? ¿Aplicación en el momento inadecuado? Creo que todos podemos responder esas preguntas, pero más que una respuesta necesitamos soluciones.