
Manzanillo. Septiembre 15.- Hay mujeres que por su historia de vida quedan en la memoria de su pueblo y es el caso de Nilda Lamela Rodríguez, primera fémina en ocupar cargo como cuadro político del Partido Comunista de Cuba (PCC) en esta región.
Hace un año, partió a la eternidad y sus coterráneos la recuerdan con el honor que merece, por su ejemplaridad, incondicional apoyo a las conquistas revolucionarias, al desarrollo social de su pueblo manzanillero y por la noble y abnegada entrega al magisterio.
Por ello, el Museo Municipal de Manzanillo dedica un homenaje a la destacada mujer en su espacio “La muestra del Mes” titulada: Nilda Lamela Rodríguez, una mujer hecha historia en Manzanillo, que durante todo septiembre podrá percibirse a través de visitas dirigidas, con previa coordinación, o de forma espontanea por el público.

En vitrina ubicada en la primera sala de la institución, se muestran Reconocimientos otorgados a Nilda como el de fundadora de las Milicias Nacionales Revolucionarias, firmado por Fidel en 1961, el carne que la acredito miembro de la Brigada Conrado Benítez, fotos con Vilma Espín y Arnaldo Tamayo Méndez, entre otros interesantes artículos.
Nilda Lamela Rodríguez, nació el 24 de octubre de 1933 en Manzanillo; cursó estudios para formarse como maestra normalista a sus 18 años que le impidió entonces obtener el título, sin embargo, opta por una plaza para ejercer como maestra que le fue otorgada y en 1951 inicia su labor como educadora.
Su quehacer ininterrumpido en el Sistema Educacional Cubano, en su responsabilidad como militante y cuadro dirigente, en el apoyo incondicional a las organizaciones de masa como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), fueron acciones que conllevaron a que Nilda se convirtiera en una figura pública admirable, que perdurara en la memoria de sus coterráneos.
La presencia de Nilda en múltiples escenarios políticos y culturales fue significativa, por su peculiar forma de decir, aportar ideas y proponer soluciones. El respeto hacia su persona fue primordial por quienes le rodearon y hoy que ya no está, su ejemplo queda de guía y la ubica como una de las mujeres que han hecho historia en Manzanillo.