
Manzanillo. Octubre 8.- La Fiesta de la Cubanía 2025 se honra al incorporar a su Comité de Honor a tres personalidades manzanilleras cuya obra constituye patrimonio vivo de la cultura, la educación y la comunicación en Cuba, no se trata solo de reconocimientos, sus trayectorias son referentes éticos, estéticos y humanos que han marcado generaciones y continúan inspirando desde la excelencia.
Tomás Ernesto Martínez Robles: la radio como vocación, magisterio y permanencia

Hablar de Tomás Ernesto Martínez Robles es evocar la esencia misma de la radio como medio de creación, formación y servicio público. Desde su llegada a Radio Granma hace casi cincuenta años, ha sido voz, oído y corazón de una emisora que lo reconoce como columna vertebral; su presencia constante en cabinas, estudios y salas de edición ha modelado estilos, elevado estándares y formado generaciones de realizadores que lo consideran maestro y guía.
Premio Nacional por su contribución al desarrollo del medio, Martínez Robles preside el jurado oriental de evaluación de realizadores, donde su criterio es sinónimo de rigor y sensibilidad. Su obra no se limita a lo técnico, ha sabido integrar la dimensión humana en cada proyecto, convirtiendo la radio en espacio de encuentro, memoria y esperanza.
Al recibir la acreditación como miembro del Comité de Honor de la Fiesta de la Cubanía, agradeció con la sobriedad que lo caracteriza, consciente de que su legado trasciende micrófonos y frecuencias, en él, la radio no es solo oficio, es vocación que se vive con intensidad y respeto.
Wilfredo (Pachy) Naranjo Verdecia: la música como raíz, identidad y renovación

Desde 2011, Wilfredo (Pachy) Naranjo Verdecia ostenta el Premio Nacional de Música, reconocimiento que sintetiza una vida dedicada al arte sonoro con autenticidad y visión. Pianista virtuoso, arreglista de precisión, compositor sensible y director honorífico de la Original de Manzanillo, Pachy ha sido artífice de una sonoridad que identifica a Granma y a Cuba en escenarios nacionales e internacionales.
Su liderazgo artístico ha sido clave en la evolución de la Orquesta Original de Manzanillo, agrupación que no solo interpreta música popular bailable, sino que la reinventa desde la raíz, en el acto de acreditación como miembro del Comité de Honor, entregado por Daniel Javier Ortiz Leyva, subdirector provincial de Cultura, Pachy expresó, “gracias por este gesto que me alegra y compromete a continuar”, acompañado por Gretell García Vázquez, directora del sector en la Ciudad del Golfo.
La Fiesta de la Cubanía lo contará entre sus protagonistas, la Original cerrará el evento en el espacio Cien toneladas de salsa en El Way, y prepara un nuevo fonograma que promete renovar su impronta sin perder la esencia.
En Pachy confluyen la tradición y la búsqueda, el respeto por lo vivido y la apuesta por lo que vendrá.
Rafael Claudio Izaguirre Remón: la pedagogía como ciencia, palabra y presencia

Doctor en Ciencias Pedagógicas, Rafael Claudio Izaguirre Remón nació en Niquero, pero echó raíces profundas en Manzanillo, donde ha dedicado décadas a la formación integral de estudiantes, docentes y profesionales. Su magisterio no se limita al aula, es presencia activa en procesos educativos, asesorías, investigaciones y espacios de reflexión que han elevado el pensamiento pedagógico en la provincia.
Su palabra, pausada y sabia, es escuchada con atención por quienes reconocen en él a un hombre que enseña desde la experiencia, la ética y la sensibilidad. Ha sido formador de formadores, constructor de caminos y defensor de una educación que dignifica.
Por ello, tendrá a su cargo el discurso inaugural de la Fiesta de la Cubanía 2025, gesto que reconoce su autoridad intelectual y humana, “es un honor muy grande, porque son muchos los colegas que lo merecen”, afirmó con humildad, fiel a su estilo.
La inclusión de Izaguirre Remón en el Comité de Honor no solo enaltece la Fiesta, reafirma el valor de la pedagogía como pilar de la identidad cultural y social cubana.
La decisión de integrar al Comité de Honor a Premios Nacionales en diversas esferas constituye una reverencia institucional a obras paradigmáticas. Es también una apuesta por la memoria viva, por el diálogo entre generaciones y por el reconocimiento a quienes han hecho de su vocación una forma de servir a Cuba desde la cultura, la educación y la comunicación.