
Asimismo, opinó que el país persa debe ‘detener el terrorismo’ y ‘pronto cambiará, porque tiene la posibilidad de ser una nación especial’.
Respecto a la llegada ayer de Zarif a esta ciudad, dijo haber sido informado y estado al tanto ‘de todo lo que sucedería y por qué’.
Sin embargo, manifestó que para reunirse con el canciller iraní era ‘demasiado pronto’.
Zarif, quien dejó Francia la víspera, dialogó durante tres horas con su par anfitrión, Jean-Yves Le Drian, encuentro en el cual el presidente Emmanuel Macron participó unos 30 minutos, junto a funcionarios británicos y alemanes.
El tema de Irán ha sido prioridad en la cumbre del G-7, en un contexto marcado por los peligros de confrontación en el Golfo Pérsico, generado tras la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear y el establecimiento de nuevas sanciones unilaterales.
Washington acusa a Teherán de promover el terrorismo y exige un nuevo pacto a fin con sus intereses, que expertos atribuyen en realidad a la voluntad de complacer a Israel, cuyo gobierno es prácticamente el único que apoya a Trump en su agresividad en la región.
Por su parte, Irán defiende su derecho al uso pacífico de la energía nuclear e insiste en que el acuerdo de 2015 fue el fruto de amplias negociaciones y recibió el respaldo de la comunidad internacional.
De cualquier manera, la visita de Zarif ayer y los comentarios de Trump hoy generan esperanzas para quienes apuestan por la reducción de las tensiones, y tal vez compensen en algo los resultados de una cumbre rodeada de desencuentros en temas clave como el comercio, el cambio climático, el Brexit y las relaciones del grupo con Rusia.