
Desde el 6 de febrero entraron en vigor nuevas medidas de Control Sanitario Internacional, junto con la determinación de aislar a todos los viajeros procedentes del exterior al llegar al país; ambas disposiciones fueron establecidas a partir de la situación epidemiológica nacional e internacional, y ante la necesidad de contener el rebrote de la COVID-19 que enfrenta la nación.
En tal sentido, se realizó una nueva reducción en las frecuencias actuales de las aerolíneas procedentes de Estados Unidos, México, Panamá, Bahamas, República Dominicana, Jamaica y Colombia. A su vez, se mantuvieron recesados los vuelos desde y hacia Nicaragua, Guyana, Trinidad y Tobago y Surinam. Se suspendieron los viajes a Haití y quedó autorizado el arribo de vuelos sin pasajeros, únicamente para evacuar personas varadas en el país, ya sean extranjeros o cubanos residentes en el exterior.
Ante la compleja situación actual de Cuba frente a la pandemia, que tuvo como punto de desenlace las violaciones al protocolo de cuarentena domiciliaria establecida para los viajeros internacionales llegados al país tras la reapertura del aeropuerto internacional José Martí, en la capital, el pasado 15 de noviembre, se decidió poner en práctica el aislamiento institucional a todas las personas en esa categoría.

Previamente, el Gobierno alistó capacidades en todas las provincias para garantizar la estadía de los viajeros internacionales. Se determinó que para los residentes el aislamiento sería en centros habilitados al efecto, libres de costos, tanto el lugar como la transportación hacia el centro y al regreso a su residencia.
En el caso de los extranjeros y los cubanos no residentes, se estableció que serían aislados en instalaciones hoteleras designadas en cada territorio, asumiendo los viajeros los costos de estancia y transportación. Aquellos residentes que tuvieran los recursos para pagar un hotel, podían acogerse a la opción de pagar un paquete turístico.
A dos días del comienzo de la aplicación de estas medidas, Granma constató, desde la Terminal III del aeropuerto internacional José Martí, cómo se implementan las nuevas disposiciones, y conversó con directivos de la Aeronáutica, del Transporte y de la Salud, acerca de la marcha del proceso.
Alcibiades Jesús Alarcón Mota, jefe de Unidad de Operaciones en Tierra de la terminal aérea, explicó que, a partir de las nuevas regulaciones emitidas quedó prohibido el acceso de las personas a la instalación, tanto al interior, como a los límites exteriores. Solo están autorizados los pasajeros y empleados del centro.
También se adoptó la separación de los horarios de arribo de las aerolíneas. «Espaciamos los vuelos, porque el flujo de pasajeros en llegada es más complicado que el de salida. Con el mínimo de separación de una hora y media, entre un vuelo y otro, garantizamos que no haya congestión en la terminal», declaró.
Igualmente, se eliminó la opción del equipaje no acompañado. Acerca de esta norma, Alarcón Mota aclaró que ahora todas las pertenencias del pasajero tienen que venir con él en la aeronave. «En ocasiones, en el avión no cabían los equipajes y los pasajeros los enviaban en otro vuelo, y este venía como equipaje no acompañado. En estos momentos, para evitar que vengan personas aquí a buscar maletas, la aerolínea no puede permitir equipaje no acompañado».
En cuanto a las medidas higiénico-sanitarias dentro de la instalación, el directivo manifestó que se sigue cumpliendo con el distanciamiento físico, el uso de los medios de protección por los trabajadores y los pasajeros, así como con la desinfección de manos y superficies. Para garantizar esas normas, colocaron un anfitrión en la puerta de entrada de la terminal, que se encarga de regular el flujo de entrada, tomar la temperatura, desinfectar y separar un viajero de otro. Además, se dejó una sola puerta de entrada, por la cual acceden todos los viajeros y empleados.
Ahora la terminal III tiene semanalmente 25 operaciones y alrededor de 4 000 pasajeros menos, de acuerdo con Alarcón Mota.
SE MANTIENE INTACTO EL PROTOCOLO SANITARIO PARA LOS PASAJEROS
El protocolo sanitario que debe cumplir todo viajero al arribar a la Isla, establecido con la reapertura del 15 de noviembre, no ha perdido vigencia. Al llegar se le exige al pasajero presentar un PCR negativo, emitido por un laboratorio certificado internacionalmente en su país de procedencia, con una vigencia de 72 horas de antelación.
Seguidamente, se le toma la muestra al pasajero para el primer PCR, antes de ser trasladado a un centro de aislamiento, donde hace una estadía hasta el resultado de la segunda prueba del quinto día.
En los salones de la aduana se realiza la segunda toma de temperatura. Tanto en esta sala, como a la salida al exterior de la terminal, mientras los pasajeros esperan para el traslado, está disponible un puesto de asistencia médica para cualquier emergencia del viajero.

Milidza Ayllon Castañera, jefa de departamento de Control Sanitario Internacional de La Habana, puntualizó que a partir del 6 de febrero se han reforzado las líneas de vigilancia, desde la salida de los pasajeros, hasta la incorporación de ellos al ómnibus, donde van a ser trasladados.
La funcionaria resaltó la presencia en los salones del personal de la inspección sanitaria estatal, que vela y exige por el cumplimiento de las medidas epidemiológicas: el distanciamiento físico, el uso del nasobuco y la manipulación adecuada de los alimentos que se le brindan.
Precisó Ayllon Castañera que en caso de que un pasajero manifieste síntomas, la instalación tiene prevista la sala de aislamiento, que cumple los requisitos exigidos por el reglamento sanitario internacional. Ante tal situación, se aísla al pasajero del flujo de personas, y se realizan todas las coordinaciones para su traslado hacia la institución de Salud asignada, que sería en La Habana, aunque el afectado sea de otra provincia.
AISLAMIENTO INSTITUCIONAL DE LOS PASAJEROS: SIN CONTRATIEMPOS EN LAS PRIMERAS 48 HORAS
Sobre el protocolo para el aislamiento, señaló el Jefe de Unidad de Operaciones en Tierra de la terminal aérea que, una vez que los pasajeros arriban al país, se hace una selección de los que son nacionales y los que son extranjeros y los que son no residentes, para determinar quiénes van hacia los centros de aislamiento gratis, y los que van para los hoteles pagados previamente, así como la transportación de cada uno de ellos.
También se tienen en cuenta las provincias de origen. Se hace la distinción de cada territorio por pasajero, para que este sea trasladado a donde reside.
Una vez que el vuelo llega y se realizan todos los protocolos sanitarios dentro de la terminal, se procede a la transportación de los pasajeros, la cual debe acontecer lo más organizada posible para evitar aglomeraciones y demoras.

Referente a este tema, Luis Ladrón de Guevara Marzal, director de Transportación de pasajeros del Ministerio del Transporte (Mitrans), expuso a la prensa que se está asegurando, sin ningún problema, la transportación de todos los viajeros que arriban al país hacia centros de aislamiento, en sus provincias de residencia, o hacia hoteles.
Para ello –manifestó el directivo– existe un centro de coordinación nacional, radicado en el mismo aeropuerto, integrado por miembros del Destacamento de Jóvenes Transportistas, así como de centros coordinadores provinciales, con los cuales se enlaza la información para garantizar que todos los arribantes lleguen a su destino.
«Hemos trasladado a los viajeros de todas las operaciones de vuelo, que llegaron a partir del sábado, sin ningún tipo de incidencia. Se han asegurado los transportistas, los equipos con la protección necesaria, la desinfección de los medios y las medidas de protocolo sanitario establecidas», aseguró.

Este esfuerzo cuenta con la participación de las empresas transportistas Ómnibus Nacionales, Cubataxi, TaxisCuba, Transtur y Transgaviota, entre otras entidades.
Los ómnibus viajan en caravana, con aseguramiento de la Policía Nacional Revolucionaria desde que salen de La Habana hacia los límites de las provincias, y ahí se le da seguimiento hacia el destino final.
Señaló Ladrón de Guevara Marzal que, para los recorridos largos, existe una logística coordinada entre el Mitrans y el Ministerio del Comercio Interior, para que esas personas puedan hacer paradas en diferentes puntos de la carretera, a fin de adquirir alimentos e ir al baño. Para ello dispusieron lugares con condiciones higiénicas adecuadas, y con las ofertas que se requieren para que los viajeros puedan hacer una breve estancia en la carretera. Existen puntos en Cienfuegos, Camagüey, Granma y Santiago de Cuba.


