
Es común escuchar hablar del cambio climático y hasta verlo como algo que no nos toca, que es cosa de organizaciones mundiales y de gente con responsabilidades mayores, sin embargo, la realidad es que el cambio climático está directamente relacionado con todos y cada una de las personas que habitamos este planeta azul.
Para entendernos, definamos primero de la manera más elemental a qué se refiere, y eso bastará para comprender que el tema es con nosotros también. De la propia palabra se desprende que cambio climático es una variación del clima, y esta se genera por causas naturales.
¿Dónde entramos las personas en esta situación? En la generación de gases llamados de efecto invernadero que son provocados por la quema de combustibles fósiles, el uso del suelo, el uso de la energía y las actividades industriales, que ocasionan un incremento de las temperaturas generando el fenómeno del calentamiento global, causante a su vez del cambio climático.
Esto trae efectos como el incremento de las temperaturas medias, el aumento del nivel del mar, el deshielo en el Ártico, y que haya un mayor número de eventos climáticos extremos como sequías, incendios, escasez de agua e inundaciones.
Ante tales consecuencias, se activan proyectos encaminados a fortalecer la resiliencia de la población que puede ser directamente más afectada, como lo son, por ejemplo, Mi Costa, y Educación, protagonismo infantil, inclusión educativa y género para la reducción de los multirriesgos de desastres y resiliencia ante el cambio climático, desde las escuelas a las comunidades en Cuba, que ya se aplican en nuestro municipio.
El proyecto Mi Costa incide en 14 comunidades vulnerables al cambio climático del sur de Cuba, entre las que se encuentra Manzanillo, y está encaminado a buscar soluciones de adaptación a partir del fortalecimiento que brindan los ecosistemas costeros.
Mientras que el proyecto de Educación, incluye a 15 escuelas manzanilleras y persigue como objetivo principal enseñarles sobre protección del medio ambiente y la preparación ante riesgos, promoviendo una cultura de solidaridad y resiliencia.
De una manera u otra todos estamos comprometidos con el futuro de la Tierra, y la supervivencia del hombre, lo que implica la necesidad de su preservación y de desarrollar nuestra capacidad de adaptación. Por tanto, cambio climático tiene que ver con todos, y todos estamos en el deber de velar y cumplir con el cuidado de la casa grande en que vivimos para evitar que continúe su deterioro.