La segunda etapa del golpe de Estado en Bolivia se ha consolidado, con la modificación por tercera vez de la fecha de las elecciones generales, aplazadas de septiembre a octubre, una decisión que el Tribunal Supremo Electoral adoptó alegado cuestiones sanitarias por la COVID-19.
Con la excusa de la epidemia, la presidenta de facto, Jeanine Añez, va construyendo pretextos que le permitan prorrogar su estancia en el poder, según declaraciones del politólogo Jorge Richter, citado por la cadena Rusia Today.
Para Richter, la COVID-19 es providencial para Añez y los sectores de derecha, que vienen alegando la falta de condiciones para realizar los comicios a causa de la enfermedad, y han buscado la tragedia como objetivo político.
Además, Richter cuestionó la falta de consenso político para reprogramar el calendario electoral, pues cómo Añez y las fuerzas derechistas No pueden cerrar el actual parlamento, de mayoría opositora, van aislando al legislativo de todas las decisiones, un caso más en la orientación del golpe.
A juicio de Richter, la estrategia de Áñez pasa por aprovechar la postergación de las elecciones, ya que si se producen finalmente en octubre estará cerca de cumplir un año en el gobierno, cuando la Constitución habla de que los tiempos de un gobierno transitorio como el de ella son de 90 días.
En ese sentido, Richter aseguró que la derecha boliviana evalúa varias posibilidades, con la postergación de los comicios como el escenario ideal.
El otro es que, si no puede frenar el proceso electoral, incluya solo a los partidos derechistas y que se pueda proscribir al Movimiento al Socialismo (MAS), la agrupación del expresidente, Evo Morales.
Pero Richter considera que hay un tercer escenario político, que consiste en pedir que se anule la convocatoria a elecciones para constituir un frente amplio de toda la derecha, si No consiguen eliminar la candidatura presidencial del MAS, cuyo aspirante es Luis Arce.
El analista boliviano advirtió que, así como el Tribunal Supremo Electoral no consensuó con otros poderes cambiar nuevamente la fecha de los comicios, podría tomar la misma actitud para cancelar el registro jurídico del Movimiento al Socialismo.
Se estará entonces en el proceso de consolidación de la segunda etapa del golpe que derrocó al presidente, Evo Morales, según Jorge Richter.
La Central Obrera Boliviana ya convocó a una gran marcha nacional para el próximo martes, como inicio de una campaña contra la postergación de las elecciones generales.
En conferencia de prensa, el líder de la COB, Juan Carlos Huarachi, rechazó lo que consideró un nuevo golpe a la democracia y un chantaje contra el pueblo y la Asamblea Legislativa o parlamento.
Acompañado por dirigentes del Pacto de Unidad de organizaciones campesinas e indígenas afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), Huarachi anunció que la marcha en rechazo a la postergación de las elecciones abarcará unos 20 kilómetros entre la ciudad de El Alto y el centro de La Paz.
La movilización culminará en un cabildo que determinará las futuras acciones de lucha del pueblo boliviano, según el líder de la Central Obrera.
Analistas ya advirtieron que la postergación de las elecciones pone a Bolivia en riesgo de conmoción.
