Al compás de la música molida

Foto: Erenia Tamayo
Foto: Erenia Tamayo

Un instrumento que produce una música a cuya cadencia nadie puede mantenerse ajeno, es la del órgano y bien lo saben los que mantienen viva la tradición en Manzanillo e integran al nombrado Flor de Amor.

Con una sonoridad peculiar que genera el instrumento, acompañado por tumbadora, güiro, bongoes, clave cubana y campana, éste órgano ameniza las tardes de viernes y sábados en su espacio fijo que tiene como escenario  los corredores de la Casa de Cultura de la bella ciudad del Golfo de Guacanayabo. 

Excelentemente ejecutados por los seis integrantes bajo la dirección de Alexis González Castro, el formato musical tiene en su repertorio los géneros danzón, merengue, son y cumbia que en su conjunto dan muestras palpable de su riqueza artística.

El órgano Flor de Amor, único activo en estos momentos en Manzanillo, mantiene una tradición que forma parte indisoluble de la historia musical de la ciudad y del país desde hace mucho tiempo.

Con sus interpretaciones en su lugar habitual y en actividades programadas por el sector de la cultura, en diversas comunidades del territorio, el Flor de Amor goza de una aceptación popular evidente.

Mantener viva la música  organillera en Manzanillo es premisa para los músicos del formato quienes tienen claro que el órgano es parte de la identidad cubana y con su estilo hace bailar y cantar hasta a los más reacios.

Con el Flor de Amor, están nuestras  tradiciones, la de nuestro pueblo, donde nacimos y crecimos y donde compartimos los primeros años de vida, donde la familia, los amigos y el tiempo  fueron clave fundamental en lo que somos como personas.

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