Bárbara Molina Rondón: única educadora de Granma en Congreso de la CTC

Bárbara Molina Rondón: única educadora de Granma en Congreso de la CTC // Foto Eliexer Peláez

La educadora Bárbara Molina Rondón, quien labora en el seminternado Orestes Gutiérrez Escalona del popular barrio de Caymari, en el costero territorio de Manzanillo, es la única maestra que representará a sus colegas de Granma pertenecientes al sector de la educación, en el XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Bárbara tiene 38 años de trabajo en el magisterio, toda una vida entregada a esta labor, con pasión, amor y dedicación. Siempre ha sido maestra primaria porque… “me gusta esta enseñanza, me apasiona enseñar a los niños, amo a todos los niños, aunque no sean de mi grado, y todos los pequeños me adoran”, dijo a Radio Granma digital.

Conversar con ella de su trabajo le hace brotar desde su corazón emociones que salen de sus ojos a través de lágrimas cargadas de alegría. Esta apasionada mujer por la educación sintió el amor por esta profesión “desde que estaba estudiando, siempre le dije a mi mamá que yo quería ser maestra”.

“Cuando terminé mi noveno grado matriculé la escuela pedagógica Rubén Bravo Álvarez donde me realicé como maestra de la enseñanza primaria. Comencé a trabajar aquí mismo en el municipio Manzanillo, nunca me he ido de mi municipio a trabajar”, agregó Bárbara.

Sus inicios laborales fueron en lo más intrincado de los campos manzanilleros. “Fueron en la comunidad rural de Regal, un lugar muy intrincado del territorio que se ubica en el consejo popular de Cayo Espino. La transportación hacia allá era muy mala y para llegar hasta ahí tenía que levantarme a las cuatro de la mañana.

“Me pasaba la semana completa allí con mis alumnos impartiéndoles las clases y dándoles amor no sólo a mis niños, sino no a la población, pues muchas de las personas adultas que no sabían ni leer ni escribir, en la casa donde paraba yo les enseñaba las letras y los números, y hasta escribir  tan siquiera los nombres de ellos para que fueran algo en la vida”.

El magisterio para Bárbara es una labor llena de emociones. “Para mi ser maestra es lo más grande que esta Revolución me ha podido dar, porque nunca pensé que pudiera ser maestra teniéndolo todo gratuito. Nada tuve que pagarle a esta Revolución por el magisterio. Por eso todos mis esfuerzos se lo dedico a mi Comandante en Jefe Fidel Castro que nos dio tanto y a esta Revolución que no seguirá dando hasta todo el relevo para nuestras aulas”.

 

Muchos de sus alumnos hoy se muestran a la sociedad como cuenta propistas, unos como estudiantes de medicina, otros como médicos ya graduados y hasta maestros igual que ella. “Para mí es un orgullo verlos, a veces me detienen por las calles y me hacen recordar esos momentos”.

“Aquí mismo donde trabajo tengo una muchacha que estudia nuestra profesión y soy su tutora de la carrera en estos momentos. Ella fue alumna mía en este mismo seminternado”, dice con orgullo Molina Rondón.

Esta única educadora que integra la delegación de los ocho granmenses que asistirán a las sesiones finales del XXI congreso obrero cubano, siente un orgullo por ser seleccionada a este cónclave que no puede esconder la emoción. Al conversar con ella del tema, dos  grandes lágrimas de alegría le mojan el rostro, tiene que detener la conversación para respirar, logra contenerse y dice.

“Es un privilegio que de tantos trabajadores del sector de la educación, que estuvimos en las preselecciones del municipio y la provincia, me hayan elegido para ser una de los delegados por Granma el cónclave. Cuando estuve en el congreso provincial y me vi en la boleta, eso fue una alegría muy grande. Cuando me dijeron que ya era la delegada que iba a representar a los educadores en el evento, fundamentalmente a los del sector de la educación primaria, me llené de alegría”.

Varios temas llevará a la cita obrera. “Allí representaré a mis trabajadores, no sólo del municipio Manzanillo sino de toda la provincia, con mucho amor, con mucha dedicación, donde no sólo voy a plantear las dificultades que tenemos nosotros, sino todos los logros que hemos conquistados en esta Revolución y lo que podemos hacer desde nuestras escuelas con nuestros niños, con nuestras familias, porque la familia es el pilar impulsor para nosotros los educadores, porque ellos son los que nos ayudan a trabajar, nos dan el amor, el aliento necesario para continuar esta obra de la Revolución”.

Por la pasión que tiene a educar a los pinos nuevos ella no se cansa de preparar a quienes eligen por esta profesión llena de sacrificio, paciencia y dedicación. “A las nuevas generaciones y sobre todo cuando viene algún recién egresado hacia mí, lo primero que le pregunto es que si le gusta la profesión, porque esta profesión es de amor, respeto, dedicación, porque todos los días hay que estudiar, todos los días nos tenemos que preparar, y si el joven no le tiene amor  a la labor, no podrá ser un buen maestro, y para ser un buen maestro hay que amar a esta Revolución que es lo primero que debemos hacer. Yo vivo preparando y enseñando a cada joven que viene a nuestro centro en esta premisa”.

En el marco de la jornada por el Día del educador, que tendrá sus mejores esplendores este 22 de diciembre, Radio Granma digital, le dedica este homenaje a Bárbara, por la pasión y entrega que ella siempre tiene a su profesión.