Basta de desprestigios ¡Cuba salva y ayuda a salvar!

Cuba salva! Por Adán Iglesias Toledo (Tomado de Cubadebate)

Estos son días de intenso trabajo para todo el personal de la medicina cubana, dígase los médicos, paramédicos, laboratoristas, auxiliares de limpieza, cocineros  y hasta para un ejército de manos jóvenes que se forman de manera gratuita en nuestras universidades de las ciencias médicas, quienes  también están en la primera línea de combate contra la COVID-19, protagonizando las necesarias pesquisas que ayudan  a  detectar a tiempo posibles contagios con el nuevo  coronavirus SARS-COV-2.

Intensos  son también los aplausos que cada cubano agradecido le dedica justo a la hora del  cañonazo a estos valerosos hombres y mujeres que se enfrentan, alejados de su familia, a la temible infección, también con sacrificios, dificultades, carencias, pero cargados de un inmenso amor por su prójimo y por el compromiso  moral  contraído cuando decidieron preparase en sus profesiones tan necesarias para salvar lo más preciado del ser humano que es su vida.

Pero duele, sí asimismo como usted lo lee, duele, y no lo digo señalando por lo que podamos sentir cuando se nos hiere la epidermis, lo digo por lo que sentimos en nuestros  corazones, duele tanto que a pesar de  tener  que enfrentar incontables limitaciones económicas por una ley extranjera, la misma que muchos cubanos en el exterior dicen que es mentira, esa que hemos  escuchado desde nuestra infancia y que bien lo sufrimos y conocemos como bloqueo. Un bloqueo injusto que busca asfixiarnos y la rendición de un pueblo que lucha por su libertad.

Pero duele más cuando vemos a esos mismos cubanos desde sus nuevas residencias en otras  ciudadanías desprestigiar sin medidas con mentiras, calumnias y el aprovechamiento de situaciones como la que  nos enfrentamos hoy, para desacreditar a sus raíces, sus tradiciones, sus costumbres, al propio amor parental, porque a veces pienso que ellos no creen ni en sus propias progenitoras, cuando buscan tantos pretextos para mostrar, en vez de nuestros sacrificios y logros a pesar de las limitaciones, las manchas de un sol, que sí sale para todo el mundo, en aras de un bienestar  mejor para todos. Y duele más cuando un propio cubano de los que viven dentro de su propio país le sigue el juego a los de afuera y ofenden con elementos totalmente risibles algunos y tristes otros.

No es fácil ver como personas inescrupulosas que han olvidado ser cubanos, y luego se jactan de vociferar a los  cuatros vientos de  que son nativos de esta hermosa isla antillana, utilizan medias verdades y hasta jugar con los sentimientos de quienes vivimos dentro para desprestigiar una obra, que como todo proceso humano tiene sus imperfecciones, pero es la más  justa del mundo.

Ese intenso y sucio mundo de las redes sociales es aprovechado para tratar de hacer ver  a todos los internautas del orbe que Cuba no es cómo lo mostramos los propios protagonistas de nuestro proceso dentro. Recientemente sentí una vez más la impotencia de ver cómo usan situaciones dolorosas como la pérdida de un ser allegado. Desde hace días atrás vi varias veces la misma noticia que  divulgaba el fallecimiento de uno de nuestros jóvenes colaboradores de la medicina en  Ecuador. Era un amigo mío en lo personal con quien compartí momentos de entrega al estudio en nuestra adolescencia cuando nos formábamos  como técnicos medios en uno de los centros politécnicos de nuestra ciudad. Era mi amigo Reinier Estrada Batchelor, quien  al igual que yo, por las bondades de nuestra Revolución cubana, nos hicimos profesionales universitarios, él en una de las ramas de la medicina, en imagenología y yo en las letras como licenciado en Comunicación Social. Reinier que vivía a tan sólo unos  metros de mi casa, se encontraba cumpliendo misión internacionalista en Ecuador cuando un infarto cerebrovascular lo privó de su juventud al fallecer en medio de su deber. Bien conozco esta historia, por eso mi primera reacción cuando vi esa publicación fue la de no leerla, pero cuando la volví a ver dos días consecutivos tratando de demostrar al mundo  que Cuba perdía a sus médicos por cumplir con el deber fuera del país y no dentro del suyo, me sentí ofendido y me dije que  no podía ser cierto lo que veía. Hasta expresé la frase bien conocida por nosotros que le zumba…., ver algo así. Claro, confieso que  esa no fue mi verdadera expresión en casa, la mía  fue con la emoción de los cubanos cuando decimos «le ronca…».

No es fácil ver cómo en estas redes se utiliza el dolor  ajeno para desprestigiar a un país, no respetan lo que pueden sentir los familiares, como por ejemplo de este mismo joven, que tienen que enfrentar los duros golpes que le da la  vida. La misma publicación muestra que se hizo hace nueve meses, pues el profesional de la salud falleció en julio del 2019, y querían hacerla ver ahora como fue en estos momentos tensos de enfrentamiento a la pandemia del nuevo coronavirus.

Claro, es que no pueden aguantar la  rabia de  ver como nosotros  nos crecemos ante las dificultades y somos capaces de brindar lo poco que tenemos al mundo. El deseo de crear terror, miedo, desaliento y rechazo los lleva a utilizar cualquier pretexto.

Pero no, nuestros médicos no creen en miedo son tremendos CORAJUDOS, así con todas las letras mayúsculas y con toda  la carga semántica que tiene esta  palabra para no usar lo propia que decimos los cubanos. Ellos saben brindar amor y solidaridad, porque  somos así tremendos solidarios, porque nos enseñó Fidel con es la  misma  prédica martiana de que, Cuba no anda de pedigüeña por el mundo, anda de hermana demostrando nuestro amor por la vida humana.

Nosotros no mandamos ejércitos llenos  de armas a ningún sitio del mundo, nuestras armas son el amor, el talento y nuestra propia medicina. No somos ese ejército que vemos en las películas de Hollywood donde los americanos «salvan al mundo» bajo bombas, nosotros salvamos al planeta con medicina.

Seguiremos en regiones  como Italia, España, Barbados y Angola, tan sólo por mencionar algunos pocos países luchando contra el coronavirus, como mismo lo haremos dentro de nuestro propio país con los otros forajidos que se quedan.

No es fácil ver cómo está isla se enfrasca en querer salvar a su gente, el único del mundo que sus principales autoridades brindan informaciones al pueblo todos los días a través de conferencia de prensa en  nuestros medios de comunicación, y otros  malagradecidos traten de manchar nuestros logros. Sólo ven si existen algún detalle desfavorable para ellos en los centros de  aislamiento, no son capaces de pensar, será porque no tienen neuronas sanas, en los esfuerzos que tiene que  hacer este país para lograr evitar más contagios, una nación  totalmente bloqueada que ya ni puede adquirir respiradores artificiales para quienes lo necesiten en situaciones graves, porque una compañía norteamericana la compró y no deja que lleguen  recursos como esos a la isla. No se pueden sentar a pensar que aquí tienen familiares que pueden necesitar algo de esto y no se podrá salvar por medidas injustas como el bloqueo.

A no, lo único que  quieren es desprestigiar y no lo van a lograr, si no amas a tu país, si no quieres lo tuyo, sigue tu camino y déjanos transitar el propio. No jodas más y por favor basta ya y deja de desprestigiar a Cuba, porque nosotros nos salvamos y ayudamos a salvar.

Cuba salva! Por Adán Iglesias Toledo (Tomado de Cubadebate)
Cuba salva! Por Adán Iglesias Toledo (Tomado de Cubadebate)