Chapeando Bajito: ¿Un ghetto Cuba? (+ Podcast)

Viendo y leyendo las últimas noticias sobre acoso a los artistas cubanos y medidas que van directamente contra la familia cubana, nos preguntamos hasta dónde van a llegar las fuerzas empeñadas en castigar a quienes hemos elegido vivir dentro de Cuba. El calibre de los castigos se compara con los primeros ataques y persecuciones contra los judíos, durante el ascenso del fascismo en Europa.

Empezamos por oír el show del más reciente acoso contra los artistas cubanos que no se prestan para el ataque a su país: la cancelación de varios conciertos que tendrían Elito Revé y su grupo en Tampa.

El youtuber aspirante a alcalde de Miami presume de haber cancelado antes otros conciertos y advierte que nunca más cantará ninguno allá. Reinier Duardo llamó la atención en cuanto a que las actuaciones eran parte de un festival de salsa en Tampa, una zona que, hasta ahora, se consideraba territorio libre de los extremistas y de la mafia cubano americana, de la que el youtuber es apenas un vocero.

La operación es otra más, levantada desde la presión, el chantaje, en síntesis la escuela del macartismo. Adiós la política de la seducción, el people to people, aquellos intercambios culturales de la era Obama que iban contra la política de bloqueo.

La política de Estados Unidos hacia Cuba ya no es la de people to people. Es blockade to blockade, una política de guerra total, que ya no se limita al cerco económico, financiero y comercial. Va también contra la cultura cubana. Y contra la familia cubana.

Lo comentaba Bárbara Betancourt, ilustrando este castigo cruel y específico contra la familia, del que se habla poco y es la más reciente vuelta de rosca del bloqueo en su versión más inhumana.

Miles de cubanos y cubanas sufren o conocen un caso que sufre las consecuencias de tantas medidas de presión sobre las personas y su entorno familiar para añadir una gota de vinagre en las heridas de las carencias cotidianas.

Como ejemplo, el de una familia cubana cuya hija se casó con un periodista español con el que ha vivido en diferentes países, algunos de ellos metidos en la arbitraria lista de supuestos patrocinadores del terrorismo, que elabora Estados Unidos al margen de la comunidad internacional. Por esa razón ahora están obligados a pedir visa para ir a Estados Unidos y por esa sinrazón se las niegan.

Cuando trató de visitar a su madre que está de visita en Estados Unidos, le negaron la visa, porque por una orden ejecutiva de las últimas de Trump que Biden sigue al pie de la letra, ya no valen el pasaporte español, europeo, para entrar a Estados Unidos, si el que viaja proviene o ha pasado antes por Cuba u otro de los países que están en su lista.

El único modo que la madre tiene de volver a verla, sin dejar de ver a otra parte de su familia, es quedándose en Estados Unidos hasta obtener la residencia.

En otro caso similar, un hombre de 70 años, a quien nunca le ha interesado vivir fuera de Cuba, tiene un hijo y dos nietos en Miami, a los que iba a ver al menos una vez al año, gracias a su pasaporte español. Ahora para hacerlo tiene que pedir visa, lo que equivale a Guyana, meses de espera, dinero y más dinero, y probablemente negativa. Si él y su esposa logran llegar por un tercer país, pueden entrar, sólo para regresarse enseguida o…pedir asilo político, como hacen tantos que se quedan, incluso sin desearlo. Y esperan un año y la residencia para volver. Pero antes, para quedarse, deben mentir y decir que «la dictadura» y todo el verso demonizador que no creen, pero tienen que repetir tanto, que un día terminan creyéndolo.

Chapeando Bajito: ¿Un ghetto Cuba? (+ Podcast)

Foto: Tomada de Excelencias Cuba

Lo más vergonzoso es que la Unión Europea no haya protestado. Que acepte tranquilamente lo que hacen contra personas que por tener pasaportes de la zona deben considerarse sus ciudadanos.

Y usualmente los ciudadanos de la Unión Europea estaban exentos de visado; solo necesitaban un permiso de entrada que podían solicitar online, en el portal del Sistema Electrónico para la Autorización de Viajes (ESTA, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, como parte de las acciones de reforzamiento de la hostilidad y el bloqueo contra Cuba, una visita a nuestro país ya los obliga a pedir visa. Y para muchos la respuesta es negativa. ¿Por qué? Por la lista espúria.

Y porque como se advierte textualmente en la web de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP):

“Si se comprueba que un viajero ha visitado un país designado como Estado Patrocinador del Terrorismo, el viajero dejará de ser elegible para participar en el Programa de Exención de Visa y debe solicitar una visa para ingresar a los Estados Unidos”.

Más de una vez en nuestro podcast hemos comentado cómo fue que se fraguó el retorno de Cuba a esa lista después que Obama la había retirado. Un plan de la CIA con la anuencia y cooperación de Iván Duque y la derecha colombiana.

Gustavo Petro y todo el nuevo ejecutivo colombiano han demandado el fin de esa injusticia, pero su demanda es ignorada olímpicamente. No sólo en tiempos de Trump, también de Biden.

Volviendo a la idea del principio, se parece mucho la avalancha de acciones contra Cuba, a lo que hicieron los nazis para «resolver el problema judío»: singularizarlos, marcarlos, demonizarlos, confinarlos a ghettos. Finalmente ya se sabe a qué extremos llegaron: los campos de exterminio, humillaciones, hambre y gas.

¿Quieren convertir a Cuba en un ghetto, del que sea difícil entrar y salir sin estigmas? ¿Negarnos el agua, la sal y hasta el oxígeno? Puede parecer exagerado. Quizás también así le parecía a los que denunciaron las primeras razzias nazis.

Seguiremos Chapeando.