Colaboración médica cubana o las venas abiertas de la solidaridad

Foto Estudios Revolución

Hay números tan elocuentes que no precisan del apoyo de palabra alguna; ellos solos lo dicen todo. Ese es el caso de las estadísticas de la cooperación médica cubana: en 59 años se han atendido 2 000 millones de pacientes, de 165 países, y han participado más de 605 000 colaboradores.

De estas cifras que resumen, si acaso fuera posible, casi seis décadas de internacionalismo y solidaridad, se habló este viernes durante la clausura de la XX Reunión de Jefes de Misiones Médicas Cubanas en el Exterior, jornada presidida por el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz.

En la Unidad Central de Cooperación Médica, que durante cinco días acogió los debates en torno a los resultados y desafíos de la colaboración cubana, el Jefe de Gobierno aseguró: “estamos muy orgullosos del trabajo que ustedes hacen, la Revolución y el pueblo les estarán eternamente agradecidos» y, en la medida de las posibilidades, seguiremos ampliando la cooperación.

Sobre las experiencias de los colaboradores, sobre cuánto aportan los profesionales de la Salud en cada sitio en que se encuentran, sobre la disposición de seguir poniendo en alto la solidaridad como esencia misma de la Revolución se intercambió ayer, en una sesión en la que participaron, además, Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado y jefe del Departamento de Atención al Sector Social del Comité Central, y José Angel Portal Miranda, ministro de Salud Pública.

Luis Orlando Olivero Serrano, jefe de la misión médica en Haití, conversó de los 23 años de cooperación allí, y de cuánto quieren a los cubanos, pues reconocen que siempre han estado y que llegan hasta donde nadie lo hace.

De la integración con las autoridades de salud angolanas para el combate contra la COVID-19 comentó la doctora Yilian Jiménez Expósito, quien aseguró que hoy más de 2 000 médicos angolanos se forman como especialistas con profesores cubanos.

Durante la jornada, en la que fueron distinguidas las brigadas médicas en el exterior, Marrero Cruz entregó los reconocimientos a los jefes de las misiones en Haití, Venezuela y Argelia, nación esta última por donde inició la colaboración cubana el 23 de mayo de 1963.

A todos ofreció una actualización sobre la situación económica del país, derivada del recrudecimiento del bloqueo y el impacto de la pandemia, y pasó revista a los principales programas de Gobierno, siempre en función del bienestar de la población.

Del enfrentamiento a la COVID-19 y su control actual en Cuba, del aporte decisivo de los científicos, del Fidel visionario, de la soberanía que emanó de las “soberanas”, de la disposición de seguir defendiendo cada conquista social y de sumar cuantas sean posibles en aras de mayor prosperidad para el pueblo, “para el cual trabajamos y al cual nos debemos”, dialogó el Primer Ministro con quienes hacen ondear cada día, y desde hace casi 60 años, las banderas de la solidaridad.