David, un actor en formación


Manzanillo. Octubre 1. – «Simplemente llegó por casualidad a mi vida», confiesa David Samuel Barbán Villa, el joven manzanillero de 17 años que actualmente cursa su segundo año en la carrera de Teatro de Figuras.

«Vine a descubrir mi pasión por este arte cuando vi por primera vez la obra de teatro de títeres ¿Por qué Alicia? del grupo bayamés Teatro Andante. Ese fue el detonante que hizo llamar mi atención», relata, quien desde entonces no ha dejado de perseguir su sueño en el mundo de las tablas.

Para este talentoso manzanillero, la formación como titiritero exige una disciplina integral. «Un titiritero tiene una rutina que es muy importante en su preparación como actor», explica David. «Debe hacer varios ejercicios que alimenten al cuerpo y a la mente, poniendo a trabajar todos sus órganos de atención». Reconoce que el mayor desafío técnico es «el ABC del títere, que es lo que permite a su manipulador darle vida a ese personaje u objeto, haciendo que la interpretación sea totalmente lógica y orgánica».

David Samuel Barbán Villa, el joven manzanillero de 17 años que actualmente cursa su segundo año en la carrera de Teatro de Figuras / Foto cortesía del entrevistado

El proceso creativo que describe este artista manzanillero revela la profundidad de su vocación. «Dar vida a un personaje lleva un estudio complejo y completo», asegura.
«Cada personaje es un ente vivo único, con caracterización fisiológica, sociológica y psicológica». Su formación en la academia lo ha llevado a involucrarse en todas las facetas del arte titiritero: «Diseñamos y construimos nuestros propios muñecos, analizamos dramatúrgicamente las obras y aprendemos Dirección Escénica».

El momento más significativo en su carrera hasta ahora ha sido su participación en El Sino Hamlet de Teatro Andante. «Esta oportunidad fue totalmente un reto para mí estando en el primer año de la carrera», recuerda el joven manzanillero. «Tuve que asumir un personaje muy complicado en el cual puse todo mi empeño y sacrificio. Este trabajo fue de total relevancia en mi desarrollo como estudiante y artista».

Mientras enfrenta el reto inmediato de montar su obra de semestre, que formará parte de la evaluación de su segundo año, David ve más allá: «En el futuro vendrán historias y obras a las cuales voy a dedicarles tiempo para llevarlas a escena».

«Me gustaría tener mi propia compañía teatral», afirma / Foto cortesía del entrevistado

Su proyección artística se expande hacia la dramaturgia y dirección, aprovechando las herramientas adquiridas en su formación para «adaptar o versionar obras de todo tipo, incluso escribir nuestras propias obras de teatro».
Con miras al futuro, David proyecta con determinación: «Me gustaría tener mi propia compañía teatral y llegar a convertirme en un buen actor», demostrando así que Manzanillo sigue cultivando talento artístico de excelencia.

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