
Manzanillo. Julio 3.- En las salas del emblemático Museo de Luchas Obreras, donde se preserva la memoria del movimiento obrero en Cuba, encontramos a Yanet Tamayo Torres, directora de la institución desde hace tres años. Su historia personal revela una transición profesional que, lejos de ser abrupta, parece fluir con naturalidad entre el Derecho y la museología.
Tras una sólida trayectoria de 26 años en el sector jurídico, Yanet encontró un nuevo camino en el mundo de la cultura, un giro que describe con emoción y convencimiento.
“El sector de la cultura me viene muy de cerca, mi hermana es periodista, mi esposo es director de radio y yo llevo más de ocho años escribiendo programas dramatizados para Radio Granma, incluso para Radio Bayamo».
Esa experiencia creativa previa, sumada a una sensibilidad histórica y familiar, propició su cercanía al Museo de Luchas Obreras, donde hoy impulsa con energía la divulgación de las raíces del movimiento obrero en la ciudad del Golfo del Guacanayabo.
Desde que asumió su cargo, ha liderado un proceso de fortalecimiento en la promoción de los valores patrimoniales que distinguen al museo como Monumento Nacional, uno de los cuatro con esa categoría en el municipio.
“No se me hizo difícil acercarme al Museo; potenciamos y divulgamos la historia para que se conozca a profundidad. Los hechos que aquí sucedieron merecen ser contados y recordados.”
La labor incluye exposiciones, conferencias, talleres, visitas guiadas y proyectos comunitarios que vinculan a la población con su memoria histórica.
Al preguntarle qué ha significado este cambio profesional, Yanet reflexiona con serenidad:
“Salir del sector jurídico para el cultural no me fue difícil, pero sí fue un gran reto, los trabajadores de la cultura tienen una espiritualidad intrínseca; esa creatividad natural que tengo me ayudó muchísimo a enfrentar una programación bien diseñada para lograr que los espacios tengan impacto.
Fue un gran reto, pero la satisfacción de ver cómo el museo se ha convertido en un espacio vivo, donde se divulga y se valora la historia del movimiento obrero, compensa todo el esfuerzo.»
Con sensibilidad y visión, Tamayo Torres demuestra que el saber jurídico puede integrarse al patrimonio cultural cuando existe una verdadera vocación de servicio y conexión con la identidad nacional.