Denuncian papel de Estados Unidos en intento de golpe anticonstitucional en Bielorrusia

El director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Serguéi Naryshkin, acusó este miércoles a Estados Unidos de intentar organizar una revolución de color y un golpe anticonstitucional en Bielorrusia.

Naryshkin aseguró que dispone de información que apunta al papel clave que juega Washington y denunció que los acontecimientos en la antigua república soviética muestran claramente la huella de Occidente, y cómo desde el principio las protestas de la oposición bielorrusa han sido bien organizadas y coordinadas desde el exterior.

En un comunicado, Naryshkin precisó que las potencias occidentales comenzaron a preparar las protestas en Bielorrusia mucho antes de las elecciones presidenciales del pasado nueve de agosto, en las que resultó reelecto el presidente, Alexander Lukashenko, cuya victoria fue desconocida por sus opositores.

Naryshkin reveló que entre el 2019 y principios de 2020, Estados Unidos asignó alrededor de 20 millones de dólares a través de varias Organizaciones no gubernamentales para organizar manifestaciones contra el Gobierno de Lukashenko.

Ese dinero se utilizó para formar una red de supuestos blogueros independientes y de cuentas informativas en las redes sociales, así como para preparar a los activistas para las acciones callejeras, según el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia.

De acuerdo con la información revelada por Naryshkin, los opositores bielorrusos más «prometedores» fueron formados en el extranjero, en particular, en Polonia, Lituania y Ucrania.

Denuncian papel de Estados Unidos en intento de golpe anticonstitucional en Bielorrusia

Naryshkin señaló que, de hecho, Estados Unidos ha tomado bajo tutela a la excandidata presidencial, Esvetlana Tijanóvskaya y a otros activistas de la oposición que están siendo promovidos como líderes populares y futuros dirigentes de la futura Bielorrusia democrática.

Según Naryshkin, en los contactos de Washington con sus aliados europeos, el gobierno de Donald Trump insiste en la necesidad de aumentar la presión sobre el presidente, Alexander Lukashenko, para que entable un diálogo con el llamado consejo coordinador opositor, para que le transfiera el poder.

El director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia reiteró que se trata de un intento mal encubierto de organizar otra revolución de color o de cambio de régimen y un golpe anticonstitucional, cuyas metas y objetivos no tienen nada que ver con los intereses de los ciudadanos bielorrusos.

A las denuncias rusas se sumó hoy el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, quien acusó a cuatro países «satélites» de Estados Unidos de estar detrás de las protestas ciudadanas por los resultados de las elecciones presidenciales de agosto.

Lukashenko citó a Polonia, Lituania, Chequia y Ucrania, por seguir el clásico libro de texto estadounidense de las revoluciones de color para organizar las multitudinarias manifestaciones en el país eslavo. 

Es más, Lukashenko aseguró que los cuatro países europeos planearon esas protestas durante los últimos 10 años, y se refirió a ellas como un escenario de destrucción de Bielorrusia.

«Afortunadamente, no hemos permitido ni vamos a permitir que tenga lugar”, advirtió el presidente bielorruso.