Dos horas con “deportistas” en la lavandería de un centro de aislamiento (+ fotos)

Trabajadores del INDER // Foto Ibrahín Sánchez Carrillo

Futiel, Vázquez, Ricardito y Renato han dedicado toda la vida al deporte. Para esta fecha –en otras circunstancias- sus días estarían irremediablemente ligados a la Serie Nacional de Béisbol, pero el mundo giró tan brusco, en los últimos tres meses y medio, que sacudió todos nuestros planes y hoy ellos están en una lavandería.

El hecho no es fortuito, los cuatro forman parte de un creciente contingente del INDER en Granma que, desde el 1ro de abril, refuerza las labores de Salud Pública para el enfrentamiento al nuevo coronavirus en los centros de aislamiento de la escuela de Enseñanza Especial Ernesto Che Guevara, la Félix Varela Morales y el IPVC Silverto Álvarez Aroche, en Bayamo.

“Los compañeros de salud pública no pueden hacer todas las cosas que se necesitan en estos centros, el Partido y el Gobierno nos pidieron la colaboración  y dimos nuestro paso al frente”, aseguró Ricardo González Valdés, jefe del departamento de relaciones y comunicación del INDER provincial.

Los primeros 41 profesionales del deporte –entre los que se encuentran licenciados, másteres y doctores- fueron divididos en tres grupos para luego ser asignados a los referidos lugares. Este miércoles, esta avanzada terminó el ciclo de 14 días en las instituciones destinadas y otro grupo con similares características los relevó para continuar con la labor.

EN LA CHE GUEVARA

La Che Guevara recibió 11 profesionales de la dirección provincial de Deportes, los cuales permanecen en el centro las 24 horas del día en diferentes turnos.

“Los trabajadores del INDER nos apoyan en la lavandería, otros como camilleros, auxiliares de limpieza y custodios”,  expresó el Dr. Luis Aurelio Rodríguez Rodríguez, Especialista de Primer Grado de Medicina General Integral y director del centro de aislamiento de la “Che Guevara”.

“Cumplen con rigor la función que están desarrollando, como si fueran parte del personal de salud”, aseguró Rodríguez Rodríguez, quien reconoció que este aporte es muy importante desde el punto de vista humanitario.

En este “campamento de campaña” han estado bajo vigilancia 16 personas procedentes de diferentes países (Estados Unidos, Inglaterra y Qatar), de los cuales seis recibieron el alta médica.

“Descontaminamos la ropa de los pacientes que están aquí y los hacemos bajo normas estrictas de protección”, dijo el licenciado Gualberto Remón Futiel, director de la Academia provincial de Béisbol,

La práctica individual incluye lavado de las manos cada 20 minutos y el cumplimiento de un esquema inviolable para el trabajo que realizan (clasificación de la ropa, desinfección, lavado, enjuagado, secado y tendido).

“Cuando pasen los años me quedará la satisfacción de que fui del primer grupo que participó en el apoyo a salud pública para eliminar esta enfermedad”, expresó Futiel, quien aprovecha el tiempo de “reposo” de un bulto de ropa para explicarnos cada detalle de su nueva labor.

Para ellos el día a día comienza a las 7:00 am y finaliza sobre las tres de la tarde, cuando dejan todo listo para el otro equipo que los relevará en la siguiente jornada.

“Después que terminamos las labores diarias nos trasladamos a nuestras casas, pero antes dejamos todo bien lavado y fumigado, listo para el turno que entra mañana”, explicó Rubén Vázquez Olivera, metodólogo provincial de béisbol.

“Yo comencé hoy aquí, es una ayuda necesaria para personal de salud, que se sacrifica para evitar la propagación del virus. Recibimos todo el protocolo para la labor que hacemos, una rutina que tiene que cumplirse con obligatoriedad”, acotó Vázquez, un empedernido soñador que nunca dejará a un lado su empeño por perfeccionar el béisbol femenino en Granma y en Cuba.

LAVAR NO ES UN PROBLEMA

Mientras los minutos son cómplices de anécdotas y alguna frase picaresca, Futiel, Vázquez y Renato no se distraen y ya han lavado los nasobucos, para que Ricardito se encargue de ir a tenderlos al sol.

 “No hay distinción de sexo en esto, el aporte que puedan hacer tanto hombres como mujeres en el proceso de desinfección e higienización de toda esta indumentaria sirve para la protección del personal de la salud y lo hacemos con gusto”, refiere José Renato Corona Alba, Máster en Ciencias para el entrenamiento deportivo de la alta competencia y Metodólogo provincial de Hockey.

“A los médicos les toca cumplir misión internacionalista y a los trabajadores del IINDER apoyar aquí”, dice.

Ricardito, al que siempre hemos visto en la organización de las actividades INDER-Prensa, no repara en asegurar que en su casa también me toca ayudar a la familia.

“Cuando tengo que hacerlo lo hago, con mi esposa mi hija, no es una cosa nueva para mí. La diferencia es que en estas condiciones hay otros protocolos, hay medidas de protección que no se pueden violar, porque de hacerlos nos contaminaríamos y llevaríamos eso a nuestros hogares e infestaríamos a nuestra propia familia”, finaliza.

CUANDO TODO TERMINE…

Futiel, Vázquez, Ricardito y Renato un día –ojalá sea pronto- regresarán a sus labores habituales. Entonces nos volveremos a encontrar para recordar estos difíciles momentos, en los que ellos decidieron lavar (o hacer cualquier otra cosa) para ayudar a combatir al nuevo coronavirus.

Quizás entonces las anécdotas fluyan más distendidas y alguno revele cuántas veces antes había prendido una lavadora, tendido en un cordel del patio o la terraza o simplemente le había dedicado tanto tiempo a estas labores hogareñas sin apenas un guiño.