El brillo de las cubanas ilumina en Asunción

A Yisnoly López nadie le pudo ganar en la canoa monoplaza a 200 metros. Foto: Mónica Ramírez
A Yisnoly López nadie le pudo ganar en la canoa monoplaza a 200 metros. Foto: Mónica Ramírez

Asunción. – De la mano de sus mujeres y en escenarios tan distantes como el río Paraguay y la pista de atletismo del cop, Cuba sumó este miércoles dos medallas de oro a su cosecha de los ii Juegos Panamericanos Junior.

A Yisnoly López nadie le pudo ganar en la canoa monoplaza a 200 metros, porque en esa regata había mucho en jugo. Cada paletada se convirtió en el trozo de un sueño largamente acariciado, en el honor de poner en lo más alto a su país, y con ello, a todos los que le han impulsado en ese recorrido.

Una arrancada complicada le obligó a redoblar los esfuerzos, y en el momento justo, poco antes de la meta, remató a todas sus rivales para hacer inalcanzable su crono: 49.79 segundos.

Los gritos de sus compañeros confirmaron a la joven villaclareña la proeza que le ha reportado un orgullo insospechado, incluso más que la experiencia olímpica de París 2024.

«Esta vez es distinto, es súper emocionante. De estar en finales b, de no pasar de las eliminatorias, a ganar aquí… es brillante», declaró, ya con las emociones más controladas.

Yisnoly tiene previsto incursionar también en las pruebas de C1, C2 y C2 mixto, todos a la distancia de 500, y ya adelantó que subir al podio en todas será siempre su meta.

Vertiginoso fue el vuelo de Jocelyn Echazábal sobre la decena de obstáculos dispuestos en la pista. Foto: Ramírez , Mónica

VUELO DORADO DE JOCELYN

Con unas horas de diferencia y en otro punto de esta ciudad también se escuchó el Himno Nacional y ondeó la bandera de la Estrella Solitaria, gracias al vertiginoso vuelo de Jocelyn Echazábal sobre la decena de obstáculos dispuestos en la pista.

En apenas 13.29 segundos cubrió la prueba de 100 metros con vallas, suficientes para certificar la cuarta corona cubana en la justa de atletismo y cumplir con un compromiso muy personal.

«Hace un año me caí en la final del Mundial Juvenil, y esta vez no podía ser igual», aseguró feliz, un día después de fijar en 12,95 segundos el récord de los Juegos y su tope histórico.

«Ahora no importaba la marca, la medalla de oro era el único objetivo», aclaró sin titubear, porque sus pensamientos están ahora enfocados en otra carrera, la del relevo 4×100 metros, de la que también quiere sacar una medalla.

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