El placer de un bien, de ser útil

Manzanillo. Septiembre 28.- «Se es bueno porque sí; y porque allá adentro se siente un gusto cuando se ha hecho un bien», dice Alexander Martínez Pérez con la voz emocionada por el recuerdo del gesto que hoy estremeció al colectivo del Hospital Pediátrico Hermanos Cordové de esta ciudad.

Modesta por su sencillez pero profunda en valor, por el sentir que la mueve, fue la donación que promovió y entregó en familia a la institución sanitaria, a nombre propio y de otros 15 manzanilleros que llevan en sí la bondad como vestidura.

«La experiencia en un centro de aislamiento por la COVID-19, y el recuerdo de una joven madre con dos pequeños menores de dos años me llevó a pensar cómo, lejos de criticar las condiciones difíciles, aportar y contribuir con las personas a nuestro alrededor.

«Y mi esposa Enit Figueredo Santana y yo nos propusimos hacer algo, y apelamos a las redes sociales, al grupo Información Para Ti de Télegram para convocar a los interesados en brindar su apoyo al pueblo, y la de este 28 de septiembre fue la respuesta de 15 personas que dieron su modesto aporte».

«Recaudamos jabones de baño y lavar, desincrustante para baño, escobas, y otros productos, y escogimos esta fecha por el significado que tiene para la familia cubana, en el aniversario 61 de la mayor organización de masas de Cuba, los Comités de Defensa de la Revolución, y al hospital Hermanos Cordové porque los niños son los más vulnerables y principalmente víctimas de la enfermedad por causa de los adultos que tenemos la responsabilidad de cuidarlos».

Y a la memoria llegó el rostro triste de su Alejandro Ernesto que con cuatro años pasó por esas circunstancias y salió airoso.

«El sentir más humilde, de haber dejado allí una muestra de amor sincero desde lo humano, en lo que insisto, porque nos debe caracterizar la sensibilidad y virtud de ser desprendidos y sentirnos felices cuando hacemos el bien.

«De todo corazón, al igual que esas 15 personas a las que representamos, vivimos el sentir de contribuir con esos niños, a quienes salvaríamos con total entrega, y por ello confiamos en nuestro personal de salud, y les expresamos el respeto hacia los niños y el colectivo médico que está allí dando su sudor cotidianamente con toda la valentía, enfrentando la pandemia en zona roja.

«Nos ha servido como motivación para seguir haciéndolo y convocando para mantener esta donación de pueblo, porque busca el despertar de la familia de que entre nosotros podemos contribuir solidariamente con la colectividad; no hay momento más oportuno que este para mostrar quién está del lado del necesitado».

Con el alegre llamado de su niña Alexandra Lorena de fondo la voz del padre amoroso responde a las interrogantes de la entrevista.

«Es el momento de fortalecer ese valor de ser solidarios y brindarnos amor, que es ponerle corazón y ayudarnos; así como lo hacen otros pueblos con nosotros hacerlo en la Cuba profunda.

«Se trata de lo que tengo compartirlo, como nos enseñó Fidel Castro a lo largo de los años, y por eso lo entregamos para demostrar que entre todos podemos salir adelante y llegar al triunfo frente a la pandemia, con actitud positiva y aporte de todos».

Los días de desvelo ante el temor de sufrir complicaciones por la COVID-19, de contagiar a quienes más te importan, de vivir la experiencia imborrable, quedan ya como huellas para «reflexionar que hay que darle importancia a la vida, para con nosotros y para con los que nos rodean; que bajo ningún concepto puede predominar el sentimiento egoista, sino que tenemos que aplicar eso que nos han enseñado desde la cuna, no sólo ahora en pandemia sino siempre, tiéndele la mano a todo el que puedas.

«Está demostrado que entre todos, unidos, podemos salvar nuestra raza como convocó el Comandante en Jefe en Río de Janeiro; esta pandemia ha robado muchas vidas, en Cuba vamos por seis mil pero en el mundo son millones.

«Esto me hace pensar diferente, como ser humano pero con mucho más sentimiento, y convoca a ayudar más a quien me rodea, buscando ser fiel a esa verdad de que debo contribuir para que nos sintamos mejor entre todos.

En el gesto, como en las palabras de Alexander, se vislumbra con claridad que «unidos, a esta pandemia la podemos vencer»; se acentúa que lo mejor para enorgullecer el corazón es ser útil.