El Rey del invento: entre grasa, tuercas y tornillos

Ramón Machado Saumell, anirista manzanillero reconocido como El Rey del invento Foto: Lilian Salvat Romero

La corpulencia de Ramón Machado Saumell, es lo que para muchos sobresale en este manzanillero, pero más allá, él asume con éxito una labor que tiene reflejo cotidiano en el mantenimiento técnico de la Empresa de Servicios Comunales de esta localidad granmense.

Hace más de tres décadas llegó como tornero, conociendo muy bien que es uno de los sectores más incomprendidos por el pueblo a causa del deficiente parque vehicular encargado de la recogida de los desechos sólidos y otros carros, pero “hoy nos empeñamos por minimizar los problemas”, comenta el destacado innovador.

“Aquí hemos inventado metales, muñones para tractores, flaperes de compresores, así como todo tipos de zapatillas, sellos y otros aditamentos. Para este año pretendemos recuperar y reparar barras de transmisiones, sellos y bombas hidráulicas, y adaptar motores petroleros en los vehículos de los servicios comunales de aquí,” apunta el Rey del invento, como también se le conoce.

Miembro sobresaliente de la Asociación  Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) de Cuba, las inventivas de Machado, como le llaman en su colectivo, permiten que hoy rueden por la ciudad del Golfo carros de procedencia china, búlgara y rusa, esencialmente.

Por sus resultados  y  esfuerzos se le ha conferido por más de una ocasión la condición 8  de octubre, que otorga  la dirección nacional de la ANIR a un grupo de innovadores por su aporte al país; en reconocimiento de su destacada labor la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) le otorgó la medalla Jesús Menéndez Larrondo; se encuentra entre los aniristas vanguardias en la urbe y es además delegado directo a la conferencia de este movimiento.

“Para mí es un orgullo que reconozcan mi trabajo, yo voy por la calle y voy pensando en cómo puedo hacer esto o aquello, imaginando soluciones para los problemas que a diario se nos presentan. Tengo una maleta llena de reconocimientos, pero eso no es mi satisfacción, lo que en realidad me place es ver cómo cada cosa que ingenio tiene resultado y le sirve a mantener con vida los carros”, afirma orgulloso.

El movimiento de la ANIR en esta ciudad,  ahorró con sus iniciativas más de 155 mil pesos a la economía cubana durante el año anterior, como garantía del funcionamiento de los equipos para los servicios necrológicos y la recolección de los desechos sólidos.

“Para este período, lo que nos queda es trabajar y seguir adelante con el  aporte y restableciendo la  vitalidad a las partes, piezas y agregados de los camiones y autos de esta entidad, dar nuestro mayor esfuerzo y seguir haciendo cada día más”.

Rodeado de grasa, tuercas, tornillos y piezas de los más insospechados tamaños transcurren sus días. En su taller se siente a plenitud, “cuando veo uno  de los camiones o autos de los servicios comunales, siento la dicha de haber puesto mi granito de arena para que ande y siga prestando este servicio tan importante para la población”, concluyó.