Recuperar la producción de frijoles y alcanzar las 70 mil toneladas que demanda el país para suplir la demanda de la canasta básica, el turismo y el consumo social son objetivos priorizados en el programa de desarrollo de granos. De unas 50 mil toneladas como promedio anualmente, hoy se prevé entregar al balance unas 6 mil toneladas aproximadamente.
Tales rendimientos están asociados a la difícil situación económica que afronta el país, con un bloqueo más agresivo y que limite en demasía la adquisición de equipamiento tecnológico e insumos altamente necesarios para el desarrollo de los cultivos. Por citar un ejemplo en el año 2020 solo se pudo garantizar el 14 % de los fertilizantes y el 9 % de los plaguicidas.
El jefe de departamento de cultivos varios del Ministerio de la Agricultura, Yojan Gracia Rodas explicó que de un plan de inversiones por más de 250 millones de pesos cubanos y dólares estadounidenses, hasta la fecha solo se ha podido ejecutar el 41%. Se han instalado cinco plantas de secado y beneficio de granos en el oriente del país, además de maquinarias y sistemas de riego con financiamiento de la Unión Europea, bajo los proyectos Prodecor y Agrocadena.
“Hoy tenemos desprotegido tecnológicamente el centro y el occidente del país. En el caso del frijol, al analizar su composición productiva, vemos que desde Pinar del Rio hasta Matanzas se garantiza el 52% del grano que se entrega anualmente al balance. En el centro, desde Cienfuegos hasta Ciego de Ávila, los resultados alcanzan un 34% y en el oriente un 17%. Mientras que en la producción de maíz ocurre todo lo contrario, los rendimientos más altos se concentran en la región oriental”, aclaró.
Está previsto desarrollar una segunda etapa del proyecto Prodecor que incluya la instalación de plantas de secado y beneficio del grano en las provincias del occidente y centro del país. Dichas inversiones, que están sujetas a aprobación, le permitirán al país incrementar los niveles productivos y equilibrar la producción de frijoles y otros granos en los diferentes territorios.
El trigo es otro de los cultivos más importados por el país y en el que Cuba tiene poca experiencia en su producción debido a las características climatológicas de la Isla. En la actualidad, el Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (INFAT) trabajan en tres variedades de sorgo cubanas, a partir de selecciones foráneas que han entrado al país para su estudio y evaluación de comportamiento.
“La Universidad de Villa Clara Martha Abreu trabaja en el mejoramiento genético de granos para la alimentación animal y humana y en Sancti Spíritus se investigan tres variedades sorgo procedentes del INIFAT. Asimismo se evalúa su comportamiento agronómico y las posibilidades reales de extender el cultivo a otros territorios”.
Hasta la fecha los resultados son alentadores y se continúa adecuando la tecnología para la producción del cultivo a escala local. Su estrategia de consumo está dirigida, en una primera etapa, a garantizar la demanda del trigo en gramos para la producción de medios biológicos. Estos se utilizan para contrarrestar plagas y enfermedades en diferentes cultivos.
Los retos en materia de producción de alimentos se multiplican ante los efectos del bloqueo norteamericano a Cuba, sin embargo el país no se detiene y busca, de la mano de la ciencia y la innovación tecnológica, soluciones internas que hagan posible incrementar los rendimientos productivos.