Entre tubos y metales

Aún le parece escuchar la voz del Comandante retumbando en aquella multitudinaria concentración, y es que esa jornada fue histórica, quedó grabada en el corazón de los que tuvieron el privilegio de ser partícipes .


Aquel 28 de julio de 1977, el líder de la Revolución dejaría inaugurada la Fábrica de tubo para riego por aspersión José Luis Tassende de esta ciudad, con aspiraciones muy ambiciosas, «puso en nosotros un peso alto -comenta José Enrique Romero Cancino, fundador de aquel empeño- pero supimos llevarlo y no defraudar esa confianza depositada en una tropa muy joven».

José Enrique Romero Cancino/ Foto Lilian Salvat Romero


¿Cómo llegaste hasta este proyecto ?


«Bueno, yo me licenciaba del servicio militar y nos propusieron unos cursos con el fin de capacitarnos para este trabajo, recuerdo que éramos 52 en total; fuimos a entrenarnos a Güira de Melena en La Habana, divididos en dos grupos de 26 cada uno, el primero para soldadores y el otro para operadores de prensa.
Recuerdo que comenzamos con el entrenamiento el 15 de abril, todos éramos muy jóvenes, con una edad promedio que no superaba los 20 años; yo me capacité inicialmente como soldador, estuve unos meses en esta labor y luego tuve la oportunidad de ir a la antigua provincia Las Villas, para una nueva capacitación en la fábrica INPUD como operador de prensa.»


¿Qué recuerdas de la Jornada de inauguración?


«Mucho, fueron momentos inolvidables, fue un gran suceso; yo no entendía mucho en ese momento, luego me di cuenta que en nuestras manos depositaron metas muy grandes, pero nunca fallamos.

José Enrique admira el reconocimiento que le entregaron en el aniversario 40 de la Fábrica, en el que se le reconoce su labor como fundafor/Foto Lilian Salvat Romero


El Comandante en su intervención nos dio algunos datos del trabajo y cómo lo haríamos: en tres turnos de trabajo para producir tubos de aluminio de seis y ocho pulgadas, 980 kilómetros; tantos tubos de aluminio como para llegar, cada año, desde Manzanillo hasta La Habana, yo dije ¡Madre mía! esto es muy en serio, pero no solo eso, además tubos de acero ligero, de tres y seis pulgadas, aspersores de cuatro tipos, partes, piezas de repuesto y accesorios».


Con un área techada de 21 457 metros cuadrados, la industria tenía como objetivo producir sistemas de riego para la caña y otros cultivos: cítricos, viandas, vegetales, pastos; con el tiempo y debido a las necesidades del país, está manufactura cambió su objeto social y ahora su producción está concentrada en la carpintería metálica con el fin de las construcciones de obras sociales y la población en general.
«Sí, yo aún trabajaba cuando ese reordenamiento, había mucha escasez de materias primas y se indicó realizar está nueva función, la que asumimos sin mirar atrás, nuestra meta siempre, no defraudar la confianza depositada en nosotros y producir, producir y producir».

Eva Guerra Espronceda /Foto Lilian Salvat Romero


«Yo estuve ese día – interrumpe Eva Guerra Espronceda, esposa de José Enrique – tenía apenas 13 años , pero entendí claramente que Fidel les estaba haciendo un llamado a trabajar y ayudar a la Revolución , en aquel momento fue la producción de tuberías de aluminio, pero luego hubo la necesidad de cambiar de producción y había que hacerlo, el Comandante les dijo que era su aporte y trabajo, una ayuda en el desarrollo del país y así asumieron siempre cada decisión; se impusieron a escaseces y a meses interrupto por falta de materias primas, en ocasiones sin percibir salario, pero esa tropa había asumido un compromiso y tenía que cumplirlo».

José Enrique y Eva recuerdan ese día/Foto Lilian Salvat Romero


José Enrique, ya no transita más de un kilómetro en las madrugadas para llegar a tiempo a su puesto laboral, que por más de 40 años ocupó, ahora desde el descanso, se siente satisfecho, atesora uno de los más lindos recuerdos de esta ciudad, la inauguración por Fidel de una industria que en su momento fue puntal en la agricultura cubana, y él es parte de esa historia, uno de los protagonistas de jornadas intensas, en las que varias ocasiones sus inventivas salvaron la producción.


«No tengo lujos ni grandes cosas materiales, trabajé honradamente, nunca con aspiraciones de riquezas materiales, pero me siento rico de espíritu, porque hice lo correcto», concluyó.

Momentos de la inauguración por Fidel / Fotos Estudios Revolución


Fábrica de tubo para riego por asperción José Luis Tasende/Foto Lilian Salvat Romero

Un comentario en “Entre tubos y metales

  1. Es gratificante saber que aún existen almas que aunque ya no se encuentren activas en nuestras fábricas y centros laborales recuerdan aquellos momentos en los que nuestra gloriosa Revolución Cubana abría sus puertas a los hombres de bien… Felicidades.

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