Escuela Elemental de Arte Manuel Navarro Luna: música, cultura y cubanía

Escuela Elemental de Arte Manuel Navarro Luna // Foto Denia Fleitas

¡Que hermosa bienvenida! Vuelan los sonidos de un lado al otro atrapados por el viento. El sortilegio de Euterpe te lleva de la mano al centro de la sinfonía. Despierta el sosiego, la alegría, entrelazados en el teclado del piano, el sonar de la flauta y las cuerdas de violines.

 

Las puertas de la Escuela Elemental de Arte Manuel Navarro Luna de Manzanillo abren siempre así para el visitante, incluso el transeúnte, quienes le reconocen como centro didáctico por excelencia, distintivo de una identidad musicalísima de esta tierra a orillas del Golfo de Guacanayabo y de una Cuba donde ritmo y melodías corren por las venas.

 

En sus salones se conforma al creador nuevo. A casi medio siglo de existencia, es el espacio en el cual confluyen generaciones que enaltecen, desde la sensibilidad, la cultura nacional.

 

“Para mi es un orgullo realizar el curso elemental aquí. Mi instrumento es el saxofón, que tomo en mis manos cada día con la ilusión de convertirme en una excelente músico y representar a mi país. Ahora, que estamos próximos a presentarnos a un pase de nivel, estar en estas aulas me anima, porque la preparación recibida es magnífica”, comenta Rachel Roxana Batisse Saborit, una de los 55 alumnos que hoy colman sus pasillos.

 

“Saber que aquí han nacido varias generaciones de músicos de calidad es una inspiración para todos nosotros, que cuando seamos hombres y mujeres aspiramos a ennoblecer con el sello propio y el de esta escuela la cultura cubana”, afirma mientras sede paso al estudio.

 

En ello reside la grandeza de esta academia. Además de fomentar en sus hijos e hijas el amor por una de las formas más sublimes de expresar los sentimientos, la música, se les anima a respetar el legado cultural de la localidad, la nación, y les despierta el sentido de pertenencia para con este rasgo distintivo de la cubanía.

 

No importa la pequeñez del espacio cuando niños y niñas entre el tercer y el noveno grado de escolaridad despliegan por los rincones los saberes del pentagrama, notas, compases, que aplican en las 12 líneas de instrumentos musicales que allí se imparten.

 

Aunque unos pasan más tiempo que otros en la magia de este primer aprendizaje, tanto los de las carreras de cinco años: guitarra, tres, laúd, trombón, saxofón, clarinete, percusión y otros, como de siete años: piano, violín y viola, se unen al concierto enriquecedor de la escuela de música manzanillera.

Harry Estrada González // Foto Denia Fleitas
Harry Estrada González // Foto Denia Fleitas

Así brota la melodía de la flauta de Harry Estrada González, quien a sus 14 años, se declara atraído por el sonido que eligió y por la idea de conquistar a los públicos, “gracias a un claustro que nos hace sentir como una gran familia, que te acompaña en tu crecimiento, en tus primeros pasos sobre el escenario, y te impregna lo mejor de sí a favor de la música”.

 

Su expresión está fundamentada en la experiencia de quienes hoy les forman, en la excelencia de profesores consagrados a la enseñanza artística que como Juana García siguen brindando conocimientos, o como Juana Mora, Sonia Herrera, Ana María Saborit que prestigiarán por siempre el hacer de sus aulas.

 

“Tenemos el legado de esas grandes maestras, el regocijo de ver a alumnos nuestros como Pedro Rivero Ruiz, de Cubamanos, David Alvarez, director de la agrupación Juego de Manos, Bárbara Zamora, cantante de Anacaona, Wilfredo Naranjo (hijo) director musical de La Verdad, Alexei Zamora cantante de La Charanga Habanera, y otros que integran los diferentes formatos del municipio y ejercen labor pedagógica dentro y fuera de la Isla, contribuyendo a la extensión de la sonoridad cubana y foránea”, dice Dulce María López, profesora de solfeo con 25 años en la institución.

Dulce María López, profesora de solfeo // Foto Denia Fleitas
Dulce María López, profesora de solfeo // Foto Denia Fleitas

 

“Somos nosotros los responsables de que la escuela sigua defendiéndose ella misma su existencia, desde el elevado nivel profesional y humano de los egresados”.

 

Este compromiso de sus 45 docentes es garantía de logros como los resultados en el pase de nivel e ingreso de sus alumnos a las escuelas regionales, que le permitieron a la Manuel Navarro Luna ser reconocida el curso previo como una de las más destacadas del país, la mejor de esta suroriental provincia Granma, el otorgamiento de la condición de Colectivo Distinguido a nivel nacional, y más reciente, del Pergamino de su ciudad.

 

Con la armonía de profesores y alumnos en esta jornada del 20 de octubre, día de la cultura cubana, y el venidero 15 de noviembre, fecha del aniversario 50 de su apertura, el festejo de la Escuela Elemental de Arte Manuel Navarro Luna es mayor y los acordes resuenan con notable júbilo.

Lendi Marivi Mustelier Arias, directora  // Foto Denia Fleitas
Lendi Marivi Mustelier Arias, directora // Foto Denia Fleitas

 

En acompañamiento a la voz de Lendi Marivi Mustelier Arias, directora del centro, los sonidos de la flauta de Euterpe tutelan la sinfonía. “Por esta sensación asumimos el reto de seguir formando músicos consagrados que lleven a su más alta expresión la defensa de los valores y de la cultura nacional, músicos manzanilleros comprometidos con su identidad y cubanía”.