
Conocerlo es conjugar muchos adjetivos en un solo ser; considerado una de las cátedras del periodismo en esta ciudad del Golfo, Pedro Espronceda Figueredo sabe cada maña para hacer de la información un arte. Actualmente jubilado aún sueña con su labor periodística.
«Decir que yo comencé en la actividad como periodista hace más de 40 años. En el año 1974, 1975, del siglo pasado. Comencé en la radio; en la prensa escrita, en el antiguo periódico La Demajagua, ahí era redactor, reportero y corrector.
Porque en esa época, el de más nivel cultural, era yo, realmente, de lo que estábamos ahí, yo le decía a algunos compañeros que, incluyendo al director del periódico regional; me correspondían prácticamente todos los trabajos, esos fundamentales, los tenía que hacer en el periódico.
Después, sobre el año 1975, en la división político-administrativa, yo pasé a trabajar en la emisora municipal como reportero y además, jefe del departamento informativo. Ahí estuve varios años como jefe del departamento informativo. Después, tuve un periodo que no estuve en la emisora de Manzanillo porque estaba en la emisora provincial como reportero en el estudio de radio Portada Libertad, hasta el mismo día que se inauguró la emisora, estuve yo allá. Después estuve en Campechuela, en el estudio 26 de diciembre, casi siete años más, y como reportero de la emisora provincial.

Regreso a Manzanillo, primero como jefe del informativo de nuevo, y después tuve un periodo de unos años como director de la emisora. Al liberarme del cargo de director de la emisora, pasé a trabajar en la redacción digital de esta casa radial.
Visto así, a grosso modo, esa es la trayectoria, desde el punto de vista laboral. Desde el punto de vista como periodista, creo que siempre me caracterizó, y no es un problema de autosuficiencia, me caracterizó por la entrega, la dedicación, y tratar de hacer lo mejor posible. Y además, sobre todo, sentir la prensa, el periodismo, sentirlo con el corazón.
Como muchas veces he dicho, comencé a trabajar como periodista no por vocación, sino por una situación en que en el Partido me llamaron, era como una tarea, ir al periódico regional, y yo vine, no era precisamente lo que yo quería ser, pero a partir de los tiempos, con los años que estuve trabajando como periodista, se me fue metiendo ese bichito que dicen, y realmente después ya era parte de mi vida; aunque tengo que confesar algo, todavía que hace ya varios años jubilado, y a veces sueño que estoy haciendo un trabajo periodístico.
Tuve la posibilidad de estar, te digo, en prensa escrita, prensa radial y digital, yo le decía a algunos compañeros, para nosotros muy difícil, porque bueno, ahora el que se graduó de periodismo tiene como mínimo en el conocimiento de la computación, nosotros no, terminabas los estudios universitarios y no se sabía nada de computación.

Se aprendió, aquí lo poquito que aprendimos fue, diríamos, machacando en computación, pero trabajábamos con las grabadoras analógicas y después vinieron las grabadoras ya más modernas, mejores, o sea que tuvimos que transitar por todo eso y aprender, machacando.
Pero tuve el privilegio, repito, de estar, excepto la televisión, en todos los medios.
Me gustaba trabajar con la base, los mejores trabajos se hacen cuando tú coges el sentir del trabajo.
Trabajé todos los géneros, claro, de todos los géneros, el que más respeté fue el testimonio, pero la entrevista, me encantaba la entrevista y sobre todo la llamada entrevista de semblanza, que es la que estas entrevistando y describiendo al interlocutor.
Obtuve más de 40 premios en festivales nacionales, provinciales y municipal, además 8 veces el Premio Periodístico Primero de Mayo en radio. Ello me permitió realmente, te lo digo así, pasar y conocer la isla entera, del cabo de San Antonio a la Punta de Maisí.
En mi etapa como periodista, tuve la posibilidad de conocer, trabajar o estar al lado y cubrir la actividad al lado de los principales dirigentes de la Revolución, incluyendo al Comandante Jefe.
Fue otra cosa que me queda de los recuerdos del periodismo, y siempre más que los premios y otras cosas, me gustaba que me dijeran cuando alguien en la calle me decía qué bueno, qué bonito te quedó el trabajo, ese es el mayor premio, más que otro que te podrían dar un diploma.
A veces, en ocasiones me dicen, ¿por qué tú te jubilaste? Tú hubieras podido trabajar, eso es verdad; pero bueno, siempre llega. Y no lo siento. No me duele haberme jubilado, aunque te digo, a veces todavía siento ese trabajo como periodista.
He trabajado, decía, como periodista en otras etapas, en otros momentos. Cada momento tiene su manera, su forma de estar. Pero cuando comenzamos aquí éramos prácticamente dos o tres periodistas.
Fue aumentando. El trabajo era, no había transporte, las grabadoras analógicas que había pesaban hasta 15 libras, y tenías que caminar en ocasiones hasta 8 kilómetros con esa al hombro.
Ahora hay otro momento. Pero pienso que en todo, es un denominador común en todo, en cada etapa, es la entrega, la dedicación, y el amor por el trabajo. Eso, en cualquier tiempo, vale, es válido. Y esa ha sido, precisamente, mi forma de ser en el periodismo.
Yo comentaba, un compañero me decía y a mí me gustaba, porque Julio Batista, famoso, gran periodista cubano, me decía Guajiro.
Y mucha gente me dice Guajiro todavía. Y yo siento orgullo, estando en la universidad, y fuera de la universidad, y aquí, me gustaba que me dijeran Guajiro. Porque, realmente, yo nací en el campo y vivo en el campo, todavía.

Actualmente, me encuentro mejor, porque tengo el fruto, es verdad que el campo no es fácil. El levantarse a las 5 de la mañana, todos los días, sábado, domingo, y al sol. Eso es difícil.
Que no te llueve, imagínate, tú la cosechas; pero para mí, no hay mejor forma de eliminar el estrés, que cuando miro así, lo que yo estoy haciendo, el campo, como van creciendo las plantas, con eso, para mí, el estrés desaparece. Y entonces, por lo tanto, sigo siendo el campesino, sigo trabajando en el campo.
Los hijos míos, quieren que viva con ellos pero mientras yo pueda, y tenga eso, yo estoy con el azadón, con el machete, con el arado, sembrando. Porque además, estamos en un momento en que también, se necesita ese esfuerzo de cada uno de nosotros. Y yo le digo, bueno, si se habla de autosuficiencia alimentaria, yo, en lo fundamental, tengo autosuficiencia alimentaria, por el trabajo de uno mismo.
Y seguiré siendo guajiro. Moriré siendo guajiro.