
En la Estación Territorial de Protección de Plantas y Sanidad Vegetal de este municipio, la ingeniera agrónoma Guislaine Ceruto del Toro lleva 10 años combatiendo plagas y enfermedades que amenazan los cultivos de la región.
«Nuestra labor no solo consiste en identificar problemas fitosanitarios, sino en indicar las medidas más efectivas para proteger los cultivos, priorizando siempre los medios biológicos y reduciendo al mínimo el uso de químicos que dañan el medio ambiente», explica la especialista.
Manzanillo, con su importante producción agrícola, enfrenta constantes desafíos, la ingeniera no solo diagnostica estas amenazas, sino que promueve alternativas ecológicas: «Cuando detectamos una plaga, primero evaluamos opciones como controladores biológicos, trampas o biopreparados, señala.
Su trabajo se encarga de garantizar que los productores adopten prácticas más amigables con el ecosistema. Con una trayectoria de más de una década, Guislaine ha logrado combinar el rigor científico con la educación ambiental. «De nada sirve dar recomendaciones técnicas si no las explicamos bien a los agricultores», afirma.

En un sector donde aún persisten prácticas convencionales, Ceruto del Toro representa el cambio hacia una agricultura más sostenible y el liderazgo de la mujer cubana en la ciencia agraria. Es admirable ver cómo une su conocimiento técnico con una conciencia ambiental clara, su trabajo demuestra que se puede producir sin dañar la tierra.
En vísperas del Primero de Mayo, es necesario reconocer a trabajadores como Guislaine, cuyo compromiso trasciende lo laboral. La Estación Territorial de Protección de Plantas de Manzanillo se enorgullece de contar con profesionales como ella, que día a día demuestran que la excelencia técnica y el cuidado del medio ambiente van de la mano.