Homenaje a los hijos más jóvenes de Cuba

Foto Estudios Revolución

La Revolución —rompimiento incesante, salto y crecimiento continuos— no es una suerte que pueda hacerse sin los jóvenes, porque en ellos habita la impronta imprescindible para obrar todo cambio; porque el estado natural de la juventud es precisamente revolucionar.   

Inspirada en esa verdad tuvo lugar este lunes, en la Sala Universal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la Gala por el aniversario 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y por el cumpleaños 61 de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), a la cual asistió el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a su esposa Lis Cuesta Peraza.

En una noche marcada por las emociones y por el talento —a la cual asistieron otros miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central del Partido, y en la que estuvieron presentes en calidad de «especialmente invitados» el Comandante del Ejército Rebelde, José Ramón Machado Ventura, y el Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez, junto a otros dirigentes del Partido Comunista, el Gobierno, y la UJC—, se produjo una evocación hermosa y de gran valor por parte de la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, Aylín Álvarez García.

«¿Hacemos Revolución por nosotros?», preguntaba Fidel para luego decir «no» y afirmar que se hacía la Revolución por ellos, los jóvenes. Fotos: Estudios Revolucion

En el acto, cuyas palabras principales estuvieron a cargo de la dirigente juvenil, ella expresó que al buscar por estos días en los libros, en periódicos, y hasta en los recuerdos familiares y de conocidos en busca de la historia de la UJC y del enorme legado de Fidel, había vuelto a las palabras pronunciadas por el excepcional luchador el 4 de abril de 1962, momento de nacimiento de la Juventud Comunista.

Entonces el Comandante en Jefe —recordó Aylín— planteaba a las nuevas generaciones: ¿Por qué hacemos la Revolución? ¿La hacemos para nosotros? No. Hacemos Revolución para ustedes. «¿Hacemos Revolución por nosotros?», preguntaba Fidel para luego decir «no» y afirmar que se hacía la Revolución por ellos, los jóvenes: «Podemos hacer Revolución con ustedes», enfatizaba él.

Al valorar una existencia de 60 años, la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC expresó que luego de 1959 «no quedaría un capítulo de la Revolución sin la huella de la Juventud Comunista»: generación tras generación, dijo, han sido millones de cubanas y cubanos los que han sido artífices de momentos tan extraordinarios como la campaña de alfabetización, o las epopeyas internacionalistas, o todo lo hecho en las obras de choque, en escenarios como las aulas, el deporte, la defensa, la ciencia y la cultura.

«Al presente hemos llegado —subrayó Aylín Álvarez García— con el aliento de quienes nos han antecedido, y así avanzaremos hacia el futuro, en una continuidad que no cree en desalientos, cansancios ni derrotas, porque hemos aprendido a sortear obstáculos, preservar valores, y nunca renunciar a nuestras aspiraciones de una Cuba siempre mejor».

En una reflexión profunda y sin altisonancias, la dirigente juvenil planteó: «¿Somos hoy la juventud que la Revolución necesita para salir adelante? Sí. ¿Estamos satisfechos con lo que hacemos?: No. Creer que es hora de complacencias o aplausos sería imperdonable: existen muchas amenazas al acecho, planes bien trazados para apartarnos del camino, y como dice la canción del trovador, muchas sillas que nos invitan a parar.

«Es urgente desterrar formalismos, barrer rutinas, prescindir de los caminos trillados y adentrarnos mucho más en las disyuntivas, en las insatisfacciones, las propuestas de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes cubanos, esos que en abrumadora mayoría se suman a cada tarea que el país convoca con desenfado».

Ante cada prueba —dijo— «los hijos más jóvenes de esta tierra tienen bien claro el reto de vencer lo difícil y elegir un proyecto de vida tejido por la solidaridad y los intereses colectivos». Tenemos necesarias motivaciones, subrayó, para creer que siempre seremos más los que anclemos los sueños en esta Isla y lucharemos por ellos.

Es esta una excelente oportunidad, añadió, «para desde aquí trasladar el más profundo reconocimiento a los miles de muchachas y muchachos que se han sumado a cada tarea, en medio de una pandemia y ante un recrudecimiento extremo de la política agresiva e inhumana del gobierno norteamericano».

De igual modo hizo extensiva «la felicitación para nuestras niñas, niños y adolescentes que integran la OPJM, que hoy también llegan a su aniversario. Ellos, desde el cumplimiento del estudio y sus diversas tareas construyen también un país». Con ellos, afirmó la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, «es la mayor responsabilidad de la UJC».

A quienes acumulan experiencia y han hecho de la lucha revolucionaria un sentido de la vida, a ellos que estaban este lunes en la Gala, Aylín les aseveró: «Comprendemos muy bien el compromiso que llevamos sobre los hombros, la misión que nos toca cumplir en el empeño de sumar las energías de los jóvenes que apuestan por un proyecto de vida revolucionario en nuestra Cuba y su Revolución».

«Las banderas de la continuidad —resaltó— jamás serán arriadas. La hora de crear y de defender el socialismo siempre será la hora de los jóvenes cubanos, como las más importantes personas que son».

Compañía de danza Ballet Revolution Foto: Estudios Revolucion

A las ideas, en la Sala Universal de las FAR, se sumaron diversas expresiones del arte: la tarde arrancó con la coreografía energizada y magnífica de la compañía de danza Ballet Revolution, bajo la dirección de Roclan; siguió con la ternura del Coro Cascabelito, y del Coro Nacional Infantil de Cuba, dirigido por la maestra Digna Guerra —este último interpretando la inolvidable canción Créeme, de Vicente Feliú—.

«A mí me dieron machete para limpiar el camino…» Foto: Estudios Revolucion

Se sumaron otras voces, como la del teniente coronel Yoel Pacheco, la de Eduardo Sosa, y la de Annie Garcés —quien hizo una interpretación conmovedora de la emblemática Te doy una canción, de Silvio Rodríguez—; y llegó el momento del trovador Nelson Valdés, quien acompañado de Eduardo Corcho Torres y de los poetas Alex Díaz, y Adriana Fajardo Pérez, cantaron a una Cuba que marca, desde sus paisajes y sabores, cada fibra de quienes le nacen a la Isla.

«A mí me dieron machete para limpiar el camino…», entonó Nelson Valdés en una interpretación apasionada y firme, de la cual emergió un país que exige respeto y derecho a ser. 

La Gala fue también la oportunidad de homenajear a jóvenes de su tiempo y de todos los tiempos Foto: Estudios Revolucion

La Gala fue también la oportunidad de homenajear a jóvenes de su tiempo y de todos los tiempos, rebeldes insatisfechos, que jamás han dejado de luchar y que nunca han perdido la confianza en la victoria: Por combinar experiencia y un alma siempre joven, recibieron un reconocimiento —que entregó la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC— el General de Ejército, Raúl Castro Ruz (en caso del excepcional luchador el Presidente Díaz-Canel lo recibió de manos de Aylín), el Comandante del Ejército Rebelde, José Ramón Machado Ventura, y el Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez.

Por la consagración, empeño, fuerza, inteligencia, responsabilidad, creatividad, por la madurez y el esfuerzo, los jóvenes cubanos también fueron destinatarios de un merecido gesto: el General de Cuerpo de Ejército, Álvaro López Miera, Miembro del Buró Político y ministro de las FAR, hizo entrega de un reconocimiento especial a la UJC, el cual fue recibido por Aylín Álvarez García.

Como para recordar que la resistencia cubana puede ser solemne pero también una fiesta, la Gala cerró con Rumbatá y Kiko Ortiz. Cuba es eso: la inteligencia profunda y despierta, un ritmo solo entendible para quienes lo hacen y disfrutan, y la alegría de la existencia misma: Y al centro de esa suerte que está echada, Cuba se apoya, con especial ternura y orgullo, en sus hijos más jóvenes.

Foto: Estudios Revolucion