Insobornable, decidido, temerario y tierno Jesús

Foto de Internet

El sencillo hombre de ébano está en todas partes donde se hace justicia a los trabajadores con el buen hacer en cumplimiento de sus derechos, lo mismo en el cañaveral que en la industria, en el surco o en conferencias sindicales.

Lo vemos alzarse incólume, enseña, educa, defiende y se interpone ante el que intenta profanar a la clase obrera, levanta el puño seguro y su voz siempre clara y profunda es como fuente amanecida.

Porque tiene argumentos genuinos para representar a los hombres de ley que mezclan las riquezas materiales con el sudor de sus frentes, porque bien sabe de las penurias cuando se nace negro, pobre en numerosa familia y bajo una dictadura de oprobios, su afán será siempre el triunfo.

Los líderes populares ganan el corazón de sus seguidores proletarios y se quedan en él por siempre, por eso  el insobornable, decidido, temerario y tierno Jesús se multiplicó en millones sonriente y magnífico al frente de las batallas de nuestro pueblo e inserto en su memoria colectiva, podemos muy bien distinguirlo.

La razón de su vida fue la causa de su muerte y como esa verdad de justa y necesaria lucha protagonizada por él continúa erguida, el deceso no ha sido real porque aún sigue cumpliendo bien la obra de su vida.