Manzanillo. Octubre 17.— En los últimos dos años, las transacciones comerciales en Manzanillo han experimentado una transformación radical con la implementación de los pagos digitales. Este proceso, sin embargo, no ha estado exento de dificultades y resistencias.
Idalmis Rivero López, Especialista comercial en el Joven Club de Manzanillo, recuerda los primeros pasos: «El proceso de creación de los códigos QR a los actores económicos inició en diciembre del 2022. En un inicio el proceso fue lento, los actores estaban negados al proceso de bancarización. Nosotros le explicamos que si no lo hacían en aquel momento más adelante lo tenían que hacer».
La situación cambió drásticamente en 2023: «Se dictó la resolución que hasta febrero tenían para elaborar los QR y fue una avalancha enorme. Pero bueno, dieron una prórroga y actualmente se atienden los que han ido surgiendo, los que han tenido problemas o han hecho cambio de cuenta fiscal, porque el QR es de la cuenta fiscal perteneciente al trabajador por cuenta propia (TCP)».
Los problemas prácticos no se hicieron esperar, Rivero explica que «el QR que sale del Joven Club de computación y se le entrega al actor económico va validado, cuando el sistema genera el QR no tiene problemas. Los problemas surgen cuando el actor económico lo imprime, lo pone más grande o más pequeño, la calidad de la impresión también puede distorsionar el código y a la hora de ponerle el plástico también se distorsiona».
Ante las dudas sobre el funcionamiento, aclara: «En escasas situaciones se ha presentado que el actor dice que el dinero no cae en la cuenta, eso no es problema del Joven Club, es problema del banco. Nuestra labor es entregarle el QR y que funcione».
El apoyo a los TCP es integral: «Capacitamos a los TCP, habilitándole en el teléfono mediante el Transfermóvil el Bulevar Mi Transfer y ahí ellos tienen control de todas las operaciones que se realizan con su cuenta fiscal que responde al código».
Para los imprevistos, existe respaldo: «El TCP que se le extravíe su QR o que se le deteriore, o que lo pierda del soporte digital, pueden venir al Joven Club, pues todos los tenemos almacenados y de no tenerlo podemos entrar al sistema».
Bárbara Reyes García, Jefa de Grupo y Sustituta Legal en el Cuerpo de Inspección de Manzanillo, describe el operativo de control: «Nosotros le hacemos mensualmente visita a todos los TCP, MIPYMES y Cooperativas Agropecuarias. Tenemos una pareja de inspectores en cada consejo popular y deben de visitar el 100% de todas estas entidades económicas en dicho consejo».
El procedimiento de verificación es minucioso: «Lo primero que hacemos en estas visitas es revisar el certificado de la cuenta fiscal, lo segundo es que deben tener visibles los códigos QR en Transfermóvil y Enzona. Se le escanea el código y este código debe de salir a la cuenta fiscal (pago en línea) no a una cuenta personal (transferencia)».
Las sanciones por violaciones son severas: «La transferencia es una violación, que tipifica por el Decreto Ley 91, en su Artículo 12, inciso j con una cuantía de 16 mil a 36 mil pesos».
«La ONAT tiene una resolución de este año precisamente donde establece que los pagos que estas entidades deben hacer a la ONAT tiene que ser por esa cuenta fiscal», añadió Reyes.
Las consecuencias por negar el servicio son igual de drásticas: «De no tener los códigos establecidos o niegue la prestación de este servicio, entonces se aplica la contravención del Decreto Ley 91, Artículo 12, inciso m, con una multa de 16 mil pesos a 36 mil pesos. Se le puede cerrar el punto de venta por la Resolución 93 del año 2023, retirarle el proyecto de trabajo o el cierre de la estructura notarial en el caso de las MIPYMES».
La inspección ha identificado diversas irregularidades: «Se nos ha dado el caso de cuando se trata de efectivo, muchos actores económicos no quieren aceptar las nominaciones de los billetes más pequeños, ni de ninguna moneda. Es una violación no permitir que el cliente pague con billetes de cinco o diez pesos».
Sobre los límites arbitrarios a los pagos digitales, Reyes es contundente: «Decirles a los TCP, MIPYMES y Cooperativas no Agropecuarias que no hay un límite. Es decir, ‘ya acepté 50 pagos en línea hoy, ya no puedo aceptar más’. Mientras llegue un cliente que necesite comprar porque el dinero lo tiene en su tarjeta, tienen que aceptar ese pago en línea».
Para reportar irregularidades, el Cuerpo de Inspección ha dispuesto varios teléfonos: 63309687 (Director), 52141262 (Jefa de Grupo), 52096925 (Jefe de grupo), 23575606 (fijo del departamento) y 23572603 (dirección).
«Si las denuncias llegan hasta nosotros», asegura Reyes, «estamos en el deber de intervenir».
En la práctica, los consumidores encuentran realidades contrastantes. Establecimientos como el popular negocio de Álvaro en el garaje y la carnicería Rex son señalados como ejemplos a seguir. «Allí nunca me han puesto peros para pagar con el teléfono», comenta Yainet, una joven madre. «Pero son los menos, y uno no puede comprar siempre en los mismos lugares, especialmente cuando las ofertas escasean».
Un ciudadano reflexiona sobre las posibles causas de la resistencia: «Para algunos negocios es más conveniente mantener el ‘problema’ porque así evaden el registro transparente de sus ventas. Al final, quien paga los platos rotos es el pueblo».
Los clientes se enfrentan a barreras no formalizadas, frases como «Solo aceptamos hasta mil pesos en transferencia» o «No puede llevar más de 500 pesos del mismo producto».
Carlos, un trabajador estatal que prefiere no dar su apellido, expresa su frustración: «Uno termina pidiendo por favor para comprar, giras como un trompo con la misma pregunta: ¿aceptas transferencia?»
El proceso de bancarización en Manzanillo sigue su curso, mostrando los desafíos de una transformación que afecta a toda la sociedad.