La Esperanza: esfuerzo y dedicación

La Esperanza, finca de referencia nacional // Foto Marlene Herrera

Manzanillo. Marzo 31.- Cuando cuatro años atrás Noelvis Guzmán Milanés le propuso a su esposo, Ramón Luis Tejeda Jorge, pedir tierra en usufructo  e incorporarse a la producción de alimentos, no pensó ser en tres ocasiones consecutivas seleccionada como finca de referencia nacional y propuesta a la categoría de excelencia en el ámbito agropecuario, por la agricultura urbana.

Tales logros de La Esperanza, como decidieron llamarla, lo avalan los disimiles resultados productivos que cuentan hoy, “trabajamos desde temprano y hasta la hora que haga falta. No es muy fácil, pero me gusta, se puede llevar junto a los quehaceres de la casa. A mí me gusta la crianza y fuimos incrementando poco a poco y mire usted lo que tenemos: 36 gallinas ponedoras, en unos días se incorporan otras 60 de legos y 45 camperas”,  dice Guzmán Milanés.

Su esposo, se fue apasionando por estas labores, al ver con la dedicación que esta mujer tomaba en cada tarea productiva, las que fueron incrementando con la crianza de conejos, guanajos, ovejos, cerdos, dos casas para cultivos semiprotegidos y una hectárea de tierra para la producción agropecuaria, donde cosechan plátanos, yuca y hortalizas  que comercializan para el pueblo.

Noelvis Guzmán Milanés // Foto Marlene Herrera
Noelvis Guzmán Milanés // Foto Marlene Herrera
Ramón Luis Tejeda Jorge // Foto Marlene Herrera
Ramón Luis Tejeda Jorge // Foto Marlene Herrera

“Cuando hacemos dos convenios porcinos aportamos entre 18 y 20 toneladas de carne; en la producción de huevos tributamos 300 posturas semanales y en ceba, casi listos para la comercialización 35 conejos y también cumplimos el compromiso de carne de ovejos. Todo lo vendemos mediante la cooperativa Carlos Manuel de Céspedes, a la que pertenecemos”, comenta con orgullo el agricultor.

El esfuerzo es bien recompensado, esta pareja junto a otros cinco trabajadores, laboran a diario con innovaciones que han dado resultados satisfactorios, “tenemos una incubadora criolla que confeccionamos, en la que hemos logrado encubar mil patos, los hemos criado y obtenido un logro bastante bueno en el pato pequinés que es una crianza noble, de pocas enfermedades”.

Ramón muestra la incubadora criolla // Foto Marlene Herrera
Ramón muestra la incubadora criolla // Foto Marlene Herrera

Un biodigestor, es otro de los méritos que cuenta este predio productor de alimentos, con el que abastecen de gas para el uso doméstico a ocho viviendas, incluyendo las suya y una escuela  cercana, de forma gratuita, proyecto que pretenden incrementar.

El deseo de hacer, de aumentar y diversificar sus producciones son cada vez mayores. “En estos momentos recibimos apoyo para introducirnos en la cría de alevines, especialmente de tilapias, de la que pensamos pescar cada cuatro meses entre 15 mil y 17 mil ejemplares”, agrega Ramón, del que germina voluntad y deseo de hacer para la producción de alimentos.

La esperanza, más que ilusiones, es realidad productiva, llena de metas y aspiraciones que sus dueños en cada amanecer logran con esfuerzo y dedicación.