«La Historia es parte de mi»: María Esther Rodríguez Torres

María Esther Rodríguez Torres, maestra de Historia y Educación Ciudadana // Foto: Claudia Sánchez
María Esther Rodríguez Torres, maestra de Historia y Educación Ciudadana // Foto: Claudia Sánchez

Entre el bullicio característico de la Secundaria Básica Paquito Rosales de Manzanillo, un aula se convierte en territorio de Historia viva, no solo por la materia que allí se imparte, sino por quien la guía. María Esther Rodríguez Torres, profesora de Historia y Educación Ciudadana, a sus 74 años de edad, desafía con su vitalidad cualquier noción preconcebida sobre el tiempo.

Su vida, como ella misma afirma, no tiene eje fuera de la educación, y aunque un día se retiró formalmente, el llamado del aula, el murmullo de los estudiantes, fue más fuerte. Hoy con una energía que contagia, continúa lo que denomina su misión; la formación de valores.

«Mi vida gira en torno a la educación, no concibo otra cosa. Me gradué en 1971, en aquel programa de los Macarencos dirigido por la querida Elena Gil, y desde entonces no he parado. Comencé en la primaria y transité por todos los niveles. Han sido 54 años, y aún siento la misma chispa al entrar al aula.

Para mí, el placer mayor es el de investigar y prepararme cada día. Uno nunca puede llegar a dar una clase con lo de ayer, el mundo cambia, los muchachos cambian. Sí, estos son momentos complejos para el país, y enfrentamos una tarea titánica, las redes sociales, las falsas noticias, bombardean a nuestros adolescentes. Por eso es más crucial que nunca inculcar el amor por la Patria, basado en la verdad, en el conocimiento de nuestra historia, a pesar de mis años, yo misma trato de usar las nuevas tecnologías, el Internet, busco formas amenas, diferentes, de llegar a ellos. Si ellos están en ese mundo, yo debo conocerlo para guiarlos.

Foto: Claudia Sánchez

¿Mis pilares? Siempre han sido Fidel, el Che y Juan Almeida, en sus pensamientos encuentro la fuerza para enseñar lo esencial, la dignidad, la justicia, el internacionalismo. Hoy trabajo con los grupos octavo 1 y octavo 4, y cada uno es un reto y una alegría nueva. Ver una chispa de comprensión en sus ojos, que entiendan el porqué de nuestra identidad, eso no tiene precio.

Me siento fuerte, vital en este espacio donde se forja el futuro. Mientras tenga fuerzas y claridad, seguiré aquí. Porque esta no es una profesión, es un compromiso con la Patria.»

Definitivamente María Esther Rodríguez Torres es un puente vivo entre generaciones, una testamentaria de la ética de la Revolución que encarna con naturalidad. En sus manos nuestra Historia es un mapa para interpretar el presente y construir el futuro.

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