
Todos los cubanos hemos escuchado hablar de Carlos Manuel de Céspedes y el histórico llamado a luchar por la independencia de Cuba que hizo en su ingenio Demajagua, ubicado a 13 km de la ciudad de Manzanillo. El hecho ocurrió el 10 de octubre de 1868, momento en que también dio la libertad a sus esclavos y los invitó a que se unieran a la lucha. Pero, por supuesto que antes de llegar a ese momento hubo preparativos, reuniones, acuerdos, desacuerdos, y también surgió la letra de lo que pudo haber sido el Himno Nacional.
Cuenta la historia que el 3 de octubre, Céspedes se reunió con Francisco Vicente Aguilera y otros patriotas conspiradores en la finca El Ranchón, propiedad de Manuel de Jesús Calvar (Titá), donde se acordó recoger más dinero para armas, y luego iniciar la lucha por la independencia. Lo que ya sabemos que seis días después Céspedes incumplió esta promesa de esperar más tiempo, y protagonizó el alzamiento en su ingenio Demajagua.
Pero bueno, volvamos a la reunión en El Ranchón. Esta reunión en la finca de Titá Calvar se extendió hasta la madrugada del día 4, y fue ahí donde Carlos Manuel de Céspedes compuso la Marcha a Manzanillo.
Por supuesto, que la idea de Céspedes era comenzar la lucha con la toma de Manzanillo y en esa contienda se utilizaría la marcha la obtener la victoria.
De hecho, la primera estrofa dice:
Ese astro bello que rutilante
En la risueña mañana asoma
Sobre la cima de la alta loma,
Ese es el sol de la libertad.
El con su fuego inflama los pechos,
Por nuestra patria y ley combatamos,
Antes que esclavos bravos muramos
Bajo el pendón de la libertad.
Y sigue:
Vuestros machetes blandid con fuerza
Manzanilleros, id al combate
De miedo nunca, más brioso late
El corazón por la libertad.
Sólo en la fuga inútil amparo
Buscan sin gloria viles tiranos
¿Cómo podrá caer a sus manos
El que defiende su libertad?
Por último escribió:
Y brilla el día que deseabais:
Nuestros verdugos tenéis delante
Que desaparezcan en un instante
De este suelo de libertad.
¡Libertad! Santo nombre que impera
Las almas nobles a noble hazaña
Has tú que Cuba venza la España
Con sólo el grito de libertad.
Pero sucedió que Manzanillo no fue el primer territorio liberado, sino Bayamo. Y en lugar de la Marcha a Manzanillo, lo que se cantó como himno patrio que llama a sus hijos a levantar el espíritu patriótico, convencidos de que morir por la Patria es vivir, fue la Bayamesa, compuesta por Perucho Figueredo.
Y la Marcha a Manzanillo, quedó olvidada. Luego en el periódico El cubano libre, el 26 de noviembre del propio año 1868 se publicó la letra de la Marcha a Manzanillo, compuesta por Carlos Manuel de Céspedes. Y de ahí no fue hasta 1974 que los historiadores Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, la incluyeron en su libro Carlos Manuel de Céspedes. Escritos, de la Editorial de Ciencias Sociales, publicado en la Habana.
Si bien, los cubanos tenemos el Himno de Bayamo, devenido himno nacional de Cuba, la Marcha a Manzanillo debería estar presente en la vida de los manzanilleros, como ha sido el reclamo de varios intelectuales. A petición del historiador Delio Orozco, el músico bayamés Carlos Puig, la musicalizó y se grabó en la voz del tenor holguinero Orlando Silverio. Sin embargo, sigue siendo una desconocida para la mayoría.
Espero te haya resultado interesante conocer que los manzanilleros tenemos una marcha que compusiera el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes.
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